capitulo 12.

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CHARLES POV.

21/Agosto/2021.
Monte-Carlo, Mónaco.

Me talló la cara algo confundido aún mientras veo a Amelia aún inconsciente recostada sobre nuestra cama.

Sabía que esto pasaría, sabía que el presentimiento que ella tenía estaba relacionado con esto, sabía en el fondo que yo también lo presentía.

Pero me negaba a creerlo, me negaba a aceptar que nuestra realidad fuera a ser arrebatada.

Me revuelvo el cabello y tomó asiento a su lado. Y por un segundo, me permito dudar de mis decisiones, me permito dudar del día que me fije en ella. Sabía que era la novia de Carlos, pero cuando yo la conocí en serio que mi mundo se detuvo, su sonrisa resaltaba entre todas y tenía esos grandes ojos verdosos como los míos que achinaba cuando se reía.

En realidad, quedé fascinado cuando la ví y me moria por saber su nombre así que había decidido acercarme, me dijo su nombre con una sonrisa y después de eso se giro dejándome ahí, su aroma me dejo mareado y estaba dispuesto a ir detrás de ella cuando la vi saltar encima de Carlos.

No me quedó de otra más que aceptarlo, me convertí en su mejor amigo y estaba al tanto de todo lo que pasaba en su vida, sabía que su madre y su hermana no la aceptaban muy bien y aunque no supiera el porque era clara la diferencia que existía.

Jamás intenté coquetear mientras estuvo con él, de hecho cuando me dijo que yo era la primera persona en saber sobre su embarazo me sentí especial. Me sentí orgulloso y estaba contento por ella, por ambos.

Hasta que Carlos la traicionó.

Intenté acercarme, intenté consolarla pero fue imposible.

Recuerdo sus sollozos ese día sentada en el asiento delantero de mi auto, no me detuve hasta que estuvimos cerca de Barcelona y no tenía idea de como demonios había llegado tan lejos.

Al principio, se encerró en su mundo y Carlos solo me preguntó por ella dos veces. Le había ofrecido mi departamento en Mónaco y ella al principio lo dudo un poco pero después de hacerme jurar que no diría nada acepto.

La acompañé durante todo el proceso, la acompañé a cada ultrasonido que pude y sabía que mi madre estaba encantada de que llegara un niño a nuestras vidas, aunque yo le suplicaba en que no se hiciera ilusiones porque literalmente Amelia rechazaba cada gesto amoroso que le hacía al principio.

Al inicio de lo "nuestro", yo solo fui el compañero de Lia, su hombro en el cual llorar y la persona que no permitiría que nadie le hiciera más daño del que Sainz ya le había hecho a su corazón.

La historia mía y de Amelia fue de menos a más, yo siempre le di todo de mi.

Y ahora solo puedo pensar, ¿me van a quitar a mi bebé?

Sé que Anne no lleva mi sangre, pero lleva mi apellido y todo el amor del mundo que le doy día a día, mi niña me enseñó a ser papá, con ella aprendí a amar sinceramente.

Los ocho meses que tiene de vida han sido de los más felices en toda mi vida entera.

Todavía recuerdo su tamaño tan pequeño al nacer, sus ojos mieles con ese brillo que me derriten, sus rayitos dorados y las leves pecas en sus mejillas.

Su risa, sus balbuceos, las únicas palabras que sabe decir, "mamá", "papá" y sus intentos de mencionar el nombre de mi hermano cuando quiere verlo.

Anne es mi universo, no tengo ni la mínima idea de que haría sin ella, ella trajo luz a mi vida.

TWO GHOSTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora