capitulo 20.

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31/Septiembre/2021.
Madrid, España.

Junto mis manos en mi pecho nerviosa, aprieto la correa de mi bolsa de mano y suspiro fuertemente mientras me debato internamente en si entrar a la casa o no.

Han pasado casi dos años desde la última vez que estuve aquí.

Con cuidado abro la puerta de la camioneta negra y con cuidado de no tropezar pongo un pie fuera de esta.

Una sonrisa titubeante se posa en mis labios y casi con miedo dirijo mi vista al lado izquierdo del lugar topándome con los grandes ventanales que dan vista al jardín de la que alguna vez fue mi casa.

Un frío escalofrío recorre mi espina dorsal y titubeo un poco antes de dar un paso en dirección contraria.

Un nudo en mi garganta se forma al recordar la última vez que estuve aquí y sin querer me detengo en seco sin intenciones o más bien sin tener fuerza alguna de avanzar.

Los recuerdos me golpean y sin quererlo vuelvo a sentirme como ese día.

Vuelvo a recordarlo todo.

Caminaba de la misma forma pero con una sonrisa en los labios, ilusionada de ver a Carlos después de ganar su primer GP y con unas ansias de revelar la noticia que me moría por decirle. Puedo sentir la manera en la que mi estómago se contrajo de emoción en ese momento, lo ansiosa que estaba ¡lo feliz y plena que me sentía!

Puedo recordar como sentí el temblor por mi cuerpo después de aceptar y platicar o más bien planear con él, con Charles el momento perfecto para decirle a Carlos que estaba embarazada.

También recuerdo que esperaba tener un momento a solas con él, tal vez en la parte trasera de la casa, cuando las luces tenues se encendían e iluminaban el gran jardín que era parte de la casa de los Sainz y el cual estaba iluminado por cientos de foquitos, ese iba a ser el momento perfecto.

Cuando él me pidiera salir un momento para alejarnos de todos y estar un poco de tiempo a solas él y yo como siempre acostumbraba hacerlo. Ese podría haber sido un buen momento, cuando yo lo felicitara, cuando le hubiera mencionado lo orgullosa que estaba de él ese día, lo feliz que estaba de que haya logrado un sueño más porque el ese día había cumplido su sueño de toda la vida y esperaba en verdad deseaba con todo mi ser...

Qué mi bebé y yo fuéramos su siguiente gran sueño...

Mi corazón bombea con fuerza enviando sangre de manera violenta por las venas de mi cuerpo. Sacudo la cabeza y trato de evitar las lágrimas parpadeando rápidamente.

—¿Amelia?

Mi cuerpo entero se paraliza ante el llamado de la persona que puede estar detrás de mi, Ana quien va a mi lado me da una media sonrisa que titubea un poco pero que al final termina de extenderla mientras asiente y me susurra que todo está bien.

Pero la verdad es que nada está bien, si hace un tiempo me hubieran dicho que estaría frente a la casa de mis padres, a punto de recorrer el jardín de los Sainz para llegar a la puerta y tendría a mi padre frente a mi a medio camino.

Me hubiera reído con ganas.

Y probablemente después hubiera llorado abrazada a Charles mientras él me susurraba una y otra vez que todo estaría bien porque él estaba conmigo.

Sus ojos verdosos iguales a los mios no se apartan de mí en ningún momento, me observa detalladamente, analizando mi rostro lentamente y recorre cada parte de mi anatomía hasta que con cuidado se acerca un poco más a mi.

TWO GHOSTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora