TWO GHOSTS

capitulo 15.

CARLOS POV

27/Agosto/2021
Cora-Cora, Islas Maldivas.

Vuelvo a observarla en mis brazos, tranquila, con su característica sonrisa llena de baba que me ha regalado desde la primera vez en que sus bonitos ojos avellana se toparon con los míos, entre sus grandes y largas pestañas negras y con una inocencia tan grande que me hace darme cuenta de que en verdad ella me tuvo a sus pies desde que la ví por primera vez.

Su manita sube con delicadeza y se aferra al cuello de mi camisa mientras no para de chillar y mientras yo sigo contemplandola.

Siento que han pasado horas y la realidad es que tan solo han pasado minutos desde que la tengo en mis brazos y mis ojos verdaderamente no se han podido apartar de ella.

No he podido dejar de mirarla, no puedo apartar la vista de ella, mis ojos se llenan de lágrimas cuando subo la mirada y me topo con una Amelia Morgan sentada alejada de todos, con las rodillas pegadas a su pecho y viendo fijamente a las olas del mar.

Las lágrimas sin querer escurren por mis mejillas y bajo mi mirada a mis brazos para atraer a Anne a mí y besar su frente un par de veces.

La pequeña solo chilla emocionada y eleva sus brazos al cielo sin protestar mientras un pequeño bostezo escapa de sus labios.

-Se llama Anne por ti...-

Las palabras de Lea retumban en mi subconsciente y mi corazón se aprieta cuando entiendo rápidamente a lo que se refirió esa noche, lo que significa el nombre de Anne me pone los pelos de punta.

Con miedo, con la mano temblando subo mi mano derecha y apartó los mechones de cabello de su rostro.

Anne Leclerc...

Anne Sainz...

Es mi hija...

Mía y de Amelia.

Una sonrisa temblorosa se posa en mi boca y la apego a mi pecho, cerrando los ojos y disfrutando de está nueva sensación.

De este remolineo en el estómago, de este huracán, de esta tormenta, del diluvio, de la calma y de todo junto combinado.

Inflo mis mejillas y sonrió nuevamente cuando la razón cae en mi ser.

Mi corazón no puede estar más cargado de amor en este momento así que sin más vuelvo a observarla.

Sus grandes ojos me siguen mirando fijamente, sin miedo, sin desconfianza, solamente con un gran amor y brillo que ruego para que sea así siempre.

"Ya estoy aquí mi amor...". Susurro tan bajo que espero que ella me haya escuchado y parece hacerlo cuando junta sus manos en su pecho y después grita emocionada. "Ya estoy aquí y no me iré jamás...".

Me limpio disimuladamente las lágrimas que ruedan por mis mejillas y elevo mi mirada para buscar al pequeño que he traído conmigo, mi corazón da un vuelco cuando lo veo platicar animadamente con Leclerc.

Charles parece comprender a quien estoy buscando así que cuando sus ojos se topan con los míos le dice algo a mi hijo el cual comienza a caminar con paso lento y dudoso en mi dirección.

"Papi...". Su voz aterciopelada me saca una sonrisa.

Sus grandes mejillas blancas están teñidas de unas chapas rojas y gigantes que me sacan una sonrisa, sus ojos azules me observan fijamente y desvían la mirada de mí a la pequeña que está en mi regazo sentada la cual lo observa atentamente.