TWO GHOSTS

capitulo 23.

Las palabras de Charles se repiten en mis oidos una y otra vez, escucho los murmullos comenzar a romper poco a poco el silencio en el que es muy probable todo el paddock se ha sumido desde que sucedió el accidente.

Mi corazón no ha dejado de latir desbocado en ningún instante. Las náuseas han crecido dentro de mí y el sentimiento de coraje, tristeza y enojo poco a poco es reemplazado por culpa.

—No voy a ir detrás de él jamás Xavi, no voy a estar bajo la sombra de Sainz jamás. ¿Entendieron?

Las palabras de la radio de Charles resuenan una y otra y otra vez mientras el accidente se repite en las pantallas del box de Ferrari. Mis ojos no se apartan de las banderas rojas que siguen siendo agitadas para que los autos regresen a la calle de pits.

Observó como Mattia se quita los audífonos furioso y en menos de tres segundos ya está caminando fuera del box cuando la bandera roja se alza.

Casi con miedo me bajo los auriculares de mis oídos y es entonces cuando el sonido me trae de vuelta a la realidad sacándome del trance de donde ni yo sabía que estaba metida. No tengo idea de en qué momento mis ojos se han nublado de lágrimas pero las siento derramar cuando mis ojos bajan a Anne.

Y el nudo en el pecho incrementa al verla. Su cara de susto está presente y no puede ni siquiera parpadear mientras sus ojos siguen fijos en la pantalla frente a nosotros.

Las manos me tiemblan y soy incapaz aún de decir algo cuando todo el ajetreo comienza. La tranquilidad se vuelve desastre en menos de dos segundos cuando dicen que están intentando sacar a Carlos ya que el cinturón se atasco por el golpe.

¿Están bien?

¿Charles está bien?

¿Carlos está bien?

Las preguntas se amontonan en mi cabeza, sin embargo ninguna sale de mi boca.

El grito que da Anne me vuelve a sacar de mi trance, Lorenzo gira su rostro para observarme y me siento peor cuando me observa de arriba a abajo sin expresión y se marcha.

Esto no es mi jodida culpa.

Los gritos de Anne pronto son sollozos. Sollozos que aumentan cuando su cuerpo se remolinea sobre mis brazos, la aferro a mi y trato de calmarla mientras ella niega.

—Papi... —logra balbucear.

Sus ojos no se apartan del mismo lugar donde están los míos y apenas logró escuchar cuando dicen que ni Charles ni Carlos dejaron que fueran trasladados hacia acá o con los médicos para un rápido chequeo.

—Mami... —su llamado sale en un gruñido, bajo mi vista a ella y vuelve a decir. —Papi...

—Papi está bien... —le digo tratando de calmarla.

Su pequeño ceño se frunce con enojo, sus labios se hacen puchero y pronto ya está llorando de nuevo cuando la cámara vuelve a enfocar al carro rojo siendo sacado de la pista.

Sus gritos son fuertes y mis intentos cada vez son más inútiles mientras trato de calmarla.

Ana pronto se cruza en mi campo de visión, como puede saca a Anne de mis manos y está sin importar quien sea sigue gritando, sollozando y pidiendo por su papi.

El corazón se me está rompiendo en pedazos por la desesperación.

—Charles está llegando.. —dice Ana.

Dejo a Anne en sus manos y limpiandome las lagrimas salgo del box buscando con la mirada rápidamente a Charles. Mattia está literalmente echando fuego por los ojos y lo confirmo cuando se planta frente a mi novio.