capítulo 31.

1.2K 122 30
                                    







22/Noviembre/2021.
Monte-Carlo, Mónaco.


Observo a Anne con una sonrisa ladeada mientras esta sentada sobre el enorme sillon que hay en el estudio de su abuela, esta entretenida, perdida jugando con el tonto pato que dejo de hacer ruido despues de comprarlo aquella tarde en el cc y tiene ese ceño fruncido igual al que hace su padre cuando algo no le parece.

—Estas lista.. —murmura Pascale a mis espaldas.

Asiento tranquilamente y me observo frente al enorme espejo, mi cabello que llegaba debajo de mis pechos ha desaparecido y de nuevo hemos regresado a este corte debajo de los hombros que hacía años no veía, mi rubio últimamente parece brillar con más intensidad y por alguna u otra razón anhelaba volver a tener el cabello corto.

—¿Vamos a comer? —pregunta Pascale tomando en brazos a Anne.

—Si...

Anne me observa con una mueca curiosa, con el ceño aún más fruncido, con un puchero lleno de baba y con la cabeza ladeada.

—Soy yo mi amor... —me rio un poco cuando me acerco a ella.

Y entonces sonríe, regresa esa sonrisita llena de baba enorme. La tomo en mis brazos y la apego a mi llenando todo su rostro de besos causando sus risitas.

—Llamaré a Charles.. —sin esperar más, toma su celular y se va por unos segundos.

Un suspiro sale de mis labios y trató de darle una sonrisa a mi bebé. La verdad estos días las cosas entre Charles y yo no han estado del todo bien y no es como que sea muy cómodo que estemos en el mismo sitio por mucho tiempo, siendo sincera ni siquiera duramos tanto tiempo juntos.

Y en casa nuestra rutina es... levantarnos, el sale a correr, regresa y desayunamos, voy a la oficina y regresó casi por la noche, Charles está en casa o si no está es porque está con sus amigos haciendo algo o porque ha viajado a la fabrica, cenamos algo ligero y después él pasa un enorme rato con Anne en la sala mientras yo sigo trabajando, se despide de mí con un simple buenas noches y sin decir algo más se marcha a la habitación primero a donde yo llego casi dos horas después, no dice nada más, de hecho ninguno de los dos lo hacemos. Y cuando por fin entro a la cama yo, es él quien se acerca, sus brazos rodean mi cintura y besa suavemente mi mejilla para simplemente dormir abrazados como siempre.

Luego de unos 5 o 10 minutos, Pascale regresa a donde estábamos antes y me sonríe para luego mencionar:

—Está en camino, deberíamos ir saliendo, las distancias son cortas aquí. —me dice a la vez que toma su bolso y las llaves del local, seguido de caminar fuera del lugar.

Me veo por última vez en el espejo y con mi bebé en brazos, caminó detrás de la madre de Charles para esperar al susodicho.

No pasan menos de 10 minutos y el nuevo Ferrari de Charles hace su aparición por la calle principal en la que estamos, en su rostro hay una sonrisa y esconde su mirada detrás de unos lentes de sol, Anne comienza a patalear de la emoción de inmediato y lo ve con una sonrisita en sus labios.

Charles estaciona el auto frente a nosotras y baja con rapidez a abrirnos la puerta y sin dudarlo, toma a Anne en sus brazos.

—Hola, cariño. —me dice y un escalofrío logra pasar por mi cuerpo al escuchar la forma en la que me llamó.

Solo me limito a sonreírle y dejo a mi hija a su cuidado para después subir al asiento del copiloto.

Cuando estamos todos en el auto, me regresa a la bebé para poder conducir e inicia una plática con su madre de lo más normal, no me pasa desapercibida la forma en la que Pascale hace hincapié en algunas cosas que dice enfatizando en mi relación con Carlos y sobre cómo planeamos dividir las vacaciones Decembrinas si por supuesto los Leclerc quieren ir a Francia y no es una opción invitar a los Sainz, no hago nada más que quedarme en silencio y noto también como Charles se queda enmudecido cuando su madre menciona algo relacionado con Carlos y Anne.

TWO GHOSTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora