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Los nueve integrantes de la familia Sosa se encontraban parados fuera del hotel dónde David había conseguido hospedaje, miraban la construcción con asombro por lo hermoso que era y además que se notaba a leguas que no era nada barato

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Los nueve integrantes de la familia Sosa se encontraban parados fuera del hotel dónde David había conseguido hospedaje, miraban la construcción con asombro por lo hermoso que era y además que se notaba a leguas que no era nada barato.

―¿Se gastaron la jubilación antes de tiempo?

Gabriel miraba todo asombrado cuando entraron al lugar, soltó un silbido por la belleza del lobby y lo enorme que era.

―Disfruten esto, porque es su herencia.

Carla miraba todo maravillada mientras dejaba atrás a sus cuatro hijos que se miraban a la cara con los abiertos demás por lo que ella dijo.

Carolina estaba pensando en cuanto habría costado todo eso considerando que eran casi diez personas. Y cayó en cuenta, su padre seguro que pidió pocas habitaciones e iba a tener que compartir, cruzaba los dedos para que no le toque con los insoportables de sus hermanos.

Hasta que un hombre vestido de traje, bastante peinado, y con guantes blancos se acercó a ellos hablando inglés. Además de un notable mostacho.

Buenas tardes, señor ―David lo miró con el ceño fruncido. ―¿En qué puedo ayudarle?

―¡Caro! Vení acá que no entiendo que dice este bigotudo.

El hombre lo miró serio, claramente no entendía lo que acababa de decir. Carolina se acercó bufando, estaba entretenida mirando las pinturas en las paredes.

―Hablá con ella ―dijo David al hombre, quien ahora lo miró a él con el ceño fruncido. ―Hablá. Con. Ella.

Le dijo palabra por palabra mientras señalaba a Carolina y movía su mano tratando de imitar una boca hablando, milagrosamente el hombre le entendió y su hija quería morirse de la vergüenza.

Tenemos reservación, a nombre de Sosa. David Sosa.

El hombre bien vestido asintió, comenzaron a buscarlos en el sistema y más temprano que tarde ya se encontraban yendo a sus tres habitaciones reservadas. El servicio se encargó de subir sus valijas y bolsos.

Solo tengo una cosa para decirles. El piso superior a éste, tiene prohibida la entrada al público ya que se encuentra en uso por uno de los equipos próximos a participar del Mundial. Le agradecería que le dijera eso a su familia, señorita Sosa.

Claro, entiendo, me aseguraré de hacerles saber. Muchas gracias por todo.

Ahora le picaba la curiosidad ¿Quién sería el equipo que estaría literalmente en el piso arriba de donde se encontraba ella? Unas inmensas ganas de subir le dieron, pero debía contenerse, las leyes en ese país eran demasiado estrictas y ya se lo habían hecho saber en el aeropuerto y en el papel sobre su cama.

KARMA ✶ cuti romero CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora