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Caro estaba sentada sobre el pasto artificial del predio de la Selección Argentina

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Caro estaba sentada sobre el pasto artificial del predio de la Selección Argentina. Miraba como algunos de los jugadores jugaban un partidito y de paso se cagaban a palos entre ellos.

¿Se sentía real? Para nada. Jamás se imaginó estando ahí, viendo a los jugadores y hasta riendo con ellos.

―¡Penal! ¡Penal, Cuti hijo de puta!

Rió cuando escuchó como volvían a gritar el apodo de Cristian, era el único al que habían estado gritado toda la tarde.

―Bue, re maricón nos salió la joya ―se burló de Paulo mientras lo ayudaba a ponerse de pie.

―Te haces el bonito porque está tu novia, culiado ―se defendió Paulo saliendo de la cancha.

Carolina alzó sus cejas ¿novia? Estaba a una distancia considerable para que no la vieran hacer aquella acción, ¿Cristian les había dicho que era la novia?

―¿Qué haces, Carito?

Leandro la asustó cuando apareció a su lado de la nada y tomó asiento junto a ella, Carolina colocó una mano en su pecho y lo miró mal.

―¿A dónde vas, Paulo? ―dijo Romero.

―No juego más, animal.

―¡Ahora nos falta uno, gil! ―Otamendi le dio una cachetada en la nuca a Cristian.

Paulo llegó a sentarse junto al dúo de amigos.

―¿Agua? ―Carolina le ofreció de su botella.

Dybala tomó y se la devolvió vacía a Carolina haciendo que lo mirara mal disimuladamente, cosa que solo Leandro se dio cuenta.

―Gracias...

―Carolina ―Paulo asintió al saber su nombre. ―o Caro, como quieras.

―¿Carito?

Paulo borró su sonrisa cuando agua helada le cayó en la cara, Leandro acababa de tirarle agua de su propia botella.

―Carito no, gil, ese apodo es mío ―dijo abrazando a la chica por los hombros. ―y del boludo de Licha, pero con ese no tengo opción. Nosotros la conocimos antes.

Carolina río, jamás había visto a Leandro así y le divertía. Sí, cuando pasaba más tiempo con él y Lisandro vivían peleando por ella, pero no se esperaba eso.

Mientras que del otro lado de la cancha, Cristian los miraba con una cara de culo terrible.

―¿Qué pasa, amigo?

Martínez se acercó al verlo así, siguió su mirada y río al ver lo mismo que Romero. Era un celoso de primera.

―Es amigo Lea, todos somos amigos.

―Qué me importa, le voy a cortar las manos al pelotudo ese.

Sin más que decir se encaminó en dirección a Carolina y los dos jugadores que estaban con ella. Cuando se quedaron callados porque él había llegado casi le agarra un ataque de ira.

KARMA ✶ cuti romero CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora