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Maratón 1/3

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Maratón 1/3

Eran las dos de la mañana, las luces en la habitación de los hermanos Sosa seguían prendidas. Los tres estaban despiertos, y como siempre, haciendo desastre.

―¡Uno, manga de giles!

Agustina gritó, olvidando que todos dormían. Carolina y Gabriel saltaron sobre ella para que se callara, provocando que cayeran los tres de la cama de una plaza donde estaban sentados muy incómodos.

―La puta que los parió ―susurró la mayor de los tres sobándose la cabeza.

―Pelotuda como vas a gritar así ―le dijo Gabriel susurrando, y escupiendo en la cara de sus dos hermanas.

―¡Ay, Gabriel! ―Carolina trató de alejarlo de ambas poniendo una mano en la frente del chico. ―nos bañaste, hijo de puta.

Habían jugado al tutti-frutti, al veo-veo, al gallito ciego y ahora al UNO. Así estaban desde las diez de la noche, Carla y David habían ido a vigilarlos y se hicieron los dormidos.

En el constante empujón de Agustina para que sus dos hermanos menores salieran de arriba de ella, logró escuchar los pasos de alguien y algo le dijo que venían a su habitación. Si eran los otros huéspedes quienes se quejaban, mañana era su sentencia de muerte.

―¡Eu, eu, eu! ―dijo rápido, llamando la atención de los otros que discutían. ―viene alguien, viene alguien. Es mamá y nos tira con lo primero que ve.

Trataron de ponerse de pie lo más rápido que pudieron, fue inútil, se enredaron con las sabanas y volvieron a caer como estaban.

―Duerman, duerman ―aunque la idea de Gabriel era terriblemente mala, las otras dos le hicieron caso.

Dejaron caer sus cuerpos como si estuvieran desmayados y cerraron los ojos, al segundo escucharon la puerta abrirse.

―¿Qué hacen? ―Fabián entró a la habitación y se sentó en una de las camas viendo a sus tres queridos hermanos. ―la verdad que yo no me acuerdo que se hayan caído de la cama para que terminaran así de tarados.

―Ah sos vos, tonto.

Carolina fue la primera en abrir los ojos. Segundos después ya estaban los tres parándose del suelo.

―Todas las cartas en el orto tenías ―Gabriel dijo agarrando las cartas que Agustina había escondido. ―tramposa de mierda.

―Agustina ―la menor de los hermanos le reprochó.

―Bue, ya está, igual iba a ganar yo si ustedes son malísimos.

Los cuatro hermanos se acomodaron en las tres camas, Gabriel y Fabián en una sola. Habían empezado a hablar sobre lo que habían hecho en el día.

Fabián les mostró videos de Román y Valentín jugando a la pelota en la playa, donde habían ido durante la tarde después de la insistencia de los niños. Carolina apretó sus labios al reconocer aquel lugar.

KARMA ✶ cuti romero CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora