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La cena de los Sosa había salido muy bien, celebraron comiendo pizza y hamburguesas para los niños

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La cena de los Sosa había salido muy bien, celebraron comiendo pizza y hamburguesas para los niños. A pesar de ser ya casi ser la madrugada había muchas personas en la calle, casi todos argentinos festejando.

Carolina pudo aclarar lo que Román había dicho (con mentiras de por medio). Solo a sus padres, aprovechando cuando los indecisos de sus hermanos y cuñada fueron a ordenar la comida.

―Caro ―Gabriel le susurró desde su cama y se hizo la dormida. ―dale pelotuda si recién vi la luz de tu celular.

―¿Qué? Insoportable ―respondió rendida, eran casi las tres de la mañana.

―No me puedo dormir.

―¿Y qué querés que haga?

―Más amiga sos, Carolina.

Ambos se quedaron callados, Carolina volvió a su celular y Gabriel miraba al techo aburrido porque su celular se había apagado.

Hasta que el chico se levantó y comenzó a hacer ruido, llamando la atención de su hermana menor.

―¿Qué vas a hacer? ¿A dónde vas?

―Me voy a tomar unos mates al lobby, a ver si me adopta algún qatarí ―Gabriel buscó su termo y su mate y salió. ―si tenés ganas de tomar los mejores mates ya sabes dónde buscarme.

―Sí, sí, Gabo, anda nomás que yo voy atrás tuyo.

―¿Qué me hablás con sarcasmo? Pelotuda, te voy a tirar con el termo por la cabeza.

Acabaron su pelea cuando vieron a Agustina moverse en su cama, los dos se quedaron callados y hasta dejaron de respirar un segundo al verla removerse. Nadie quería ver a Agustina enojada porque la despertaron.

Gabriel salió de la habitación en un segundo y Carolina se hizo la dormida cuando creyó que Agustina se iba a despertar.

Estuvo unos minutos pretendiendo estar dormida hasta que dejó de escuchar cualquier tipo de sonido, Agustina había vuelto a dormirse.

―La puta que me parió.

Y de tanto renegar con Gabriel, su celular también terminó por apagarse. Miro a los costados de su cama, ni un enchufe. No le quedaba otra opción más que ponerlo a cargar, porque sueño no tenía ni de cerca.

(...)

―No te voy a dar mates, Carolina, fuiste bastante mala conmigo.

Gabriel se aferró a su termo mientras chupaba de la bombilla y prácticamente se hacía una bolita en el sillón.

―Dale, forro, convídame un mate.

Carolina prácticamente se tiró en el sillón individual junto a Gabriel y le robó el mate que él ya estaba tomando.

Gabriel resignado le pasó el termo.

KARMA ✶ cuti romero CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora