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El sol empezaba a esconderse dejando la cancha del predio casi a oscuras, automáticamente las enormes luces se prendieron, los jugadores entrenaban desde la mañana hasta la noche, con sus debidos descansos

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El sol empezaba a esconderse dejando la cancha del predio casi a oscuras, automáticamente las enormes luces se prendieron, los jugadores entrenaban desde la mañana hasta la noche, con sus debidos descansos.

Habían pasado dos días desde la última vez que se habían visto Carolina y Cristian, el jugador no había logrado hacerse tiempo para verla y la chica tampoco ayudaba mucho.

La noche en la que se despidieron hablaron por WhatsApp por horas, por fin Caro lo había desbloqueado también de esa app.

Pero al día siguiente no respondía sus mensajes, Cristian creyó que estaba ocupada y la dejó, pero hoy tampoco había respondido sus mensajes.

―Dale, gobernado, dejá el celular ―Lisandro lo agarró por los hombros y se lo llevó a la cancha otra vez.

―Carolina no me contesta los mensajes, hace dos días.

Licha frunció el ceño, eso era raro porque sabía que Carolina por poco se pegaba el celular en la mano.

―Capaz anda ocupada, ella puede salir a recorrer a diferencia de nosotros.

Cristian se encogió de hombros, estaba preocupado. Hasta había pensado en hablar con Agustina Sosa para preguntar si estaban bien.

Pero después vio que Agustina subió una storie donde se veía a Carolina muy feliz, habían ido al desierto, así que supo que estaba bien y disfrutando, era suficiente para él.

Aunque si quería que ella le respondiera, se sentía como un boludo cada vez que se apuraba a agarrar el celular cuando vibraba, pensando que sería una respuesta de Caro.

―'Cuchame ¿No me conseguiste el Instagram de la hermana? ―Martínez le preguntó, una vez más.

Cristian se mordió el labio, harto de su amigo.

―Ya te dije que Carolina no quiere que te lo de.

―Más amigo sos, al menos decime como se llama y yo me encargo de lo otro.

Estaban en una fila diferente cada uno, a la misma altura, alguien les lanzaba una pelota, la pateaban y corrían esquivando los palos enterrados en la tierra. La charla quedó a la mitad cuando fue el turno de ambos de moverse.

―No seas mal amigo ¿no querés que seamos familia?

Cristian rodó los ojos y aceleró el paso de sus trotes para volver a la fila.

―¿Qué hablan? ―Otamendi y el Papu se sumaron.

Andaban los dos muy panchos haciendo jueguitos con una pelota.

―El Cuti no me quiere decir cómo se busca la cuñada en Instagram.

―¿Tenés novia? ―preguntaron los otros dos sorprendidos.

―No es mi novia, todavía ―explicó el cordobés, el dúo soltó un "Ah".

―¿Quién tiene novia?

KARMA ✶ cuti romero CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora