-¿A dónde coño me llevas?
Había llegado el momento de nuestra cita y estaba muy nerviosa. Julio me llevó a un lugar que no sé cuál es porque me puso una venda en los ojos. Y aquí estamos, yo voy delante de él, caminando sin ver nada y confiando en que me guíe para no caerme.
-Ya lo veras, paciencia. ¿Puedo decirte algo?
-Vale.
-No sabes lo sexy que eres hablando como una española.
Me reí.
-Lo dices porque no me has escuchado hablar en italiano.
-¿Sabes hablar italiano?
-Sí, recuerda que parte de mi familia vive en Italia.
-Es verdad..., y ¡llegamos!
-Por fin.
Me quita la venda y al principio no puedo ver bien porque mis ojos se han acostumbrado a la oscuridad.
Doy un paso hacia delante y siento arena en mis pies, colándose por mis sandalias de color beige con una base que apenas se nota.
Me voy acostumbrando lentamente y veo con claridad. Julio está parado frente a mi, esperando mi reacción. Lleva puesta una camisa hawaiana como el día que cenamos en la playa y al pensar eso todo hace clic en mi cabeza. La arena, la brisa que me azota el pelo, el ruido a agua, su camisa...., me giro y puedo ver que estamos en la playa y que ha vuelto a armar la misma mesa que aquel día cuando volvimos a coincidir después de encontrarnos en la ciudad para seguir hablando.
-¿Te gusta? Porque me estoy muriendo de la intri...
No lo dejo terminar y lo beso, muevo mis labios sobre los suyos, tan cálidos y bonitos. Me responde al beso enseguida y cuando terminamos lo abrazo. Apoyo mi frente en la suya.
-Es precioso, gracias.
Me mira con una sonrisa resplandeciente y genuina dibujada en sus labios y por un momento pienso que todo parece un sueño, miles de veces he imaginado como se sentiría besarlo, decirle lo que siento. Y aquí estamos. Supongo que ser valientes no es fácil pero la mayoría de las veces las consecuencias de serlo son muy bonitas, nos reconfortan y nos hacen pensar que todo ha valido la pena.
-Quise que recordemos ese día.., que no fue hace mucho.
Nos reímos.
-Pero que- sigue hablando- para mi fue especial y creo que para ti también. Fue el día en que me di cuenta que seguía enamorado de ti, el día en que me di cuenta de que jamás pude olvidarte.
Le dediqué una sonrisa.
-Para mi también fue especial Julio, estaba muy nerviosa.
-Yo también estaba muy nervioso.
Enarqué las cejas y lo miré.
-Pues no lo parecías.
-Qué decirte. Soy un buen actor- me guiñó un ojo
-Ah, eso no. No te hagas el guapo conmigo porque no lo lograrás- le rodeé el cuello con mis manos y enseguida sentí las suyas en mi cintura.
-Ah ¿sí?- dijo juguetón.
Aparté la cara cuando intentó besarme y le sonreí pícaramente. Lo incité a que sus manos vayan más abajo de mi cintura y lo frené poniéndole una de mis manos sobre la suya. Me acerqué para besarlo pero solo lo hice en su cuello y sonreí cuando vi que miraba el escote de mi vestido corto y naranja descaradamente, aparté la tela un poco más y vi en sus ojos algo que nunca había visto pero que me gustó.
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Lo increíble de ser nosotros
Romance¿Qué harías si el chico del que estuviste toda tu vida enamorada se vuelve a cruzar en tu camino? Clara es una editora de libros que se va de vacaciones con sus amigas pero lo que menos espera es encontrarse con el chico que, en su adolescencia, hiz...