Capítulo 58: La boda

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CLARA RODRÍGUEZ

23 de mayo. El día de la boda de Juliana y Federico por fin llegó.

A él todavía no lo he visto pero mi amiga ya casi está lista para salir al altar y está muy nerviosa.

-Tranquila, todo va a salir bien.

Ella toma una de mis manos y la aprieta con fuerza mientras respira hondo varias veces.

Miro los reflejos que nos devuelve el espejo, ella está preciosa con su pelo recogido en una delicada trenza, sus ojos maquillados de un color durazno y su vestido de novia que es completamente blanco se ajusta a su figura. Yo soy una de las damas de honor así que tengo puesto un vestido corto de color azul, liso y con un poco de escote.

Sofía y Pamela entran a la habitación en la que estamos y Juliana sonríe.

-Las tres están tan lindas- nos dice.

-¿Y tú? Mírate. Te dije que ese vestido era el adecuado-Pamela le acomoda una tira que cruza por su espalda.

-Siento no haber estado para ti- Sofía la abraza.

Juliana le pega suavemente en la cabeza.

-No seas tonta, te dije que no había ningún problema. Además me sirvieron mucho esas llamadas que hicimos.

Ella se mira de nuevo en el espejo y se acomoda un mechón de pelo, después nos mira a las tres.

-Gracias por estar aquí.

-Aay, que no quiero llorar.

Todas nos reímos por lo que acaba de decir Sofía y nos abrazamos.

Cuando llega la hora, el padre de mi amiga entra en la habitación y me despido de ella.

-Respira, todo va a salir bien, ¿sí?

Se separa de mi abrazo y me sonríe.

-Lo sé.

-Estoy contigo- le digo.

La miro una última vez y recorro el pasillo de aquella casa tan grande y bonita que alquilaron, bajo la escalera de caracol y me encuentro con Julio en la sala tan blanca y luminosa que se encuentra en la entrada.

-¿Ya está lista?

-Sí.

Él me mira de arriba a abajo, se acerca a mi y quedamos a la misma altura ya que mis tacones tienen los centímetros que a mi me faltan para igualarlo. Aunque no sean muchos se nota la diferencia.

-Estás hermosa- susurra a centímetros de mi boca.

Lo beso y me toma de la cintura atrayéndome más hacia él para profundizar el beso.

Alguien silba y nos separamos. Veo a Pamela bajar las escaleras con Rodrigo de la mano.

-Dios, estoy segura de que era la única manera de separarlos.

Me rio ante el comentario de mi amiga, ella es una de las tres damas de honor en este casamiento por lo que tiene el mismo vestido que yo. Una es ella, otra la hermana menor de Juliana y la otra soy yo.

Todos los hombres llevan trajes negros o azules así que Julio y Rodrigo están vestidos muy parecidos.

-Vamos a nuestros lugares que está por comenzar- nos dice mi amiga.

Julio me toma de la mano y salimos antes que ellos afuera, donde se celebrará la boda. El día está soleado aunque con algunas nubes, la temperatura se sigue manteniendo igual que estos últimos días por lo que no hace ni frío ni calor.

Lo increíble de ser nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora