Capítulo 12: Tres amigas y un consejo

7 0 6
                                    

La tarde del día siguiente nos quedamos en el departamento todo el día. Ya que era domingo y la mayoría de los lugares no abrían.

Estábamos cocinando algo para merendar, no sabíamos qué iba a salir de ese invento pero de igual manera lo hicimos para divertirnos un poco y matar el tiempo.

A esas alturas Pamela y Sofía estaban llenas de harina y habían ensuciado todo el piso de la cocina.

-¡Niñas dejen de tirarse harina que después soy yo la que tengo que limpiar!

Ambas protestaron por haberlas llamado así.

-Lo siento, pero si no dejan de hacer eso las llamaré niñas todo lo que queda de nuestras vacaciones.

-Siempre y cuando no estés con tu amigo- Pamela hizo unas comillas con los dedos cuando dijo la última palabra.

Puse los ojos en blanco.

-Hablando de mi amigo, porque sí, somos amigos. Hoy a la mañana me mandó un mensaje y me dijo que, quizá, se pasaba un rato por aquí porque quiere conocer el departamento.

-O tu cama.

-¡Sofía!- Protesté por su comentario.

Ella sonrió angelicalmente y mis otras amigas se reían sin disimular absolutamente nada.

-Entonces ve a vestirte porque estás hecha un desastre, tía.

-Gracias Pamela.

Aun así fui a mi habitación y abrí mi armario para ponerme ropa más decente. Suspiré mientras miraba mis opciones. Al final, decidí tomarme un baño en el jacuzzi y relajarme un poco.

Cuando salí me asusté al ver a Juliana sentada en mi cama.

-¿Pasó algo?- pregunté mientras me decidí por un vestido sencillo, corto y azul liso.

Me puse el vestido sobre la ropa interior y me di vuelta al ver que no me respondía.

Ella miraba el piso fijamente, parecía seria.

-¿Juli?- me senté a su lado y la miré

Pasó unos segundos más mirando el piso y se giró de golpe hacia mi.

-Prométeme que me escucharás hasta el final.

-Está bien- la miré y fruncí el ceño, extrañada. Eso no era propio de ella.

-Prométemelo, Clara.

-Te lo prometo.

Pareció relajarse un poco antes de empezar a hablar.

-Es sobre Julio y tú.

-Te escucho.

-Mira, Clara. Te conozco desde que tienes nueve años ¿verdad?

-Sí- asentí con la cabeza y me acomodé mejor en mi cama.

-Bien..., lo que quiero decir es que nunca te había visto así.

-¿Así cómo?- no estaba entendiendo nada y pareció notarlo.

-Así de feliz, de enamorada..., siendo tú.

Sonreí.

-En realidad, si te he visto así antes. Cuando estábamos en la escuela y me hablabas de Julio. Cuando me preguntabas si te miraba, si creía que le gustabas, cuando me decías que no podía ser más hermoso.

Lo increíble de ser nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora