Capítulo 11: Amigos

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Luego de buscar un lugar, encontramos uno en la cuarta fila. Estaba bastante bien ubicado si teníamos en cuenta que se había llenado todo rápidamente.

Estacionó su camioneta de forma que la caja de la parte trasera quedara mirando hacia la pantalla para que podamos ver la película desde allí, fue una buena idea.

Esa noche el cielo estaba iluminado por unas estrellas preciosas, junto a la luna que brillaba y resplandecía como solo ella sabía hacerlo. A veces me gustaba pensar que era una supernova, pero otras veces me sentía más identificada con un agujero negro.

Nos acomodamos y la película comenzó. Estaba nerviosa, lo admito. No había mucho lugar para moverse y estábamos bastante cerca, pero me relajé un poco cuando vi que eso no le importaba mucho a Julio.

Luego de un rato me estaba empezando a doler el cuello y decidí apoyarme en su hombro, cuando lo hice pareció tensarse, pero se relajó al instante.

La película terminó y recién en ese momento empezamos a hablar, nos habíamos pasado todo el rato en silencio y fue..., mágico.

-¿Te gustó?- Me preguntó cuando empezaba a conducir

-Sí, siempre me han gustado las películas de acción.

-Entonces es algo que tenemos en común.

Me miró y nos sonreímos.

Dicen que sonreímos cuando nos sentimos a gusto y felices, y así me sentía. Quería que ese momento fuese eterno, quería parar el tiempo, porque sabía que estaba enamorada de Julio desde el primer día en que nos volvimos a cruzar, no sé si alguna vez había dejado de estarlo. Era algo tan profundo lo que sentía por él que nunca pude fijarme en alguien más, porque en cuanto lo volví a ver aquel día y sus ojos castaños chocaron con los míos, supe que mi corazón siempre había sido suyo.

El problema era que me aterraba decírselo, me aterraba su respuesta. Por eso había estado callada durante tantos años respecto a lo que sentía por él.

Ambos guardamos silencio hasta llegar a mi departamento.

-Gracias por esta noche- le dije mientras apagaba el motor- Me lo he pasado muy bien.

-Yo también. Podríamos repetirlo, aunque no quiero quitarte tiempo con tus amigas.

Sonreí e hice un gesto con la mano.

-No te preocupes por eso. Ya las soporto demasiado tiempo.

Comenzó a reírse por mi comentario.

-Está bien- Se pasó una mano por sus jeans azules.

-Nos vemos- Dije mientras abría la puerta

-Oye, Clara- Su voz me detuvo antes de cerrar la puerta

-¿Sí?

Apoyó su cabeza en el asiento mientras me miraba.

-¿Quieres que seamos amigos?

Me sorprendió un poco su pregunta y que la haya hecho tan repentinamente. Pero a una gran parte de mi, le gustó que lo hiciera. Por lo menos tendría una excusa para vernos sin parecer obsesionada.

-Sí, claro- Sonreí.

Aunque quería decirle que no, que me hacía sentir demasiadas cosas para ser solo amigos.

-Genial.

Arrancó la camioneta y se alejó luego de dedicarme otra de sus sonrisas que me dejaban sin aliento.

Lo increíble de ser nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora