cuarentaiséis

287 12 30
                                    

かまど, 栗花落 カナヲ
estragos: capítulo cuarentaiséis
«nuestro punto final»


septiembre


«Allá, en el lugar que solo nosotros sabemos que existe, en un recóndito espacio que es tragado por los árboles torcidos, la maleza seca y el vaho podrido de las personas sin nombre, justo allí me encuentro. Olvidada con el tiempo, por tus acciones, por mí misma; olvidada por mis propios progenitores, quienes ofuscados tomaron una decisión que me involucró, quienes obnubilados decidieron trazar su camino sin mi permiso; estoy olvidada, desechada, como muerta...».

Hana pone el último punto y luego, en un pequeño pero comprensible arrebato de ira, raya todo su cuaderno y lo cierra con fuerza para luego aventarlo hacia la pared más cercana. Tiene la respiración pesada de quien lo ha perdido todo y no puede sentir tristeza; tiene los ojos vacíos de quien no puede llorar para drenar ese mar de sentimientos nocivos que la envuelven en su suave oleaje. Septiembre no ha acabado aún, todavía hay esperanzas de que él vuelva y se la lleve hacia Los Cómodos a conocer al resto de su familia; hay esperanzas porque nadie ha venido a tocarle la puerta para decirle las malas noticias. Además, estas siempre vuelan. Si Tanjirou estuviera muerto ya lo habría sabido, Sanemi-san ya me lo hubiera dicho. Todavía tengo esperanza. Esperanza y odio, porque detesto esperar, pero si es por él... si es por ellos, quizá pueda aguardar un poco más antes de decidir hacer algo más concreto y severo.

El atardecer se va dibujando a través de la ventana oxidada. Es uno de sus momentos favoritos porque significa que algo muere para revivir otra vez. Rechina un poco cuando la abre, pero vale la pena porque eso implica ver el arrebol con más claridad. Los iris le titilan cuando nota asimismo que a unos metros está Annie junto a Sanemi y otro rubio desconocido. La sorpresa es bien disimulada en su rostro estoico natural y plancha los labios cuando Annie por fin la reconoce y le saluda con la mano con mucha energía, demasiada para un simple reencuentro de unos meses. Hana alza la ceja izquierda, pero no se apresura a conjeturar. Septiembre no ha acabado, septiembre no termina; hay esperanzas mientras que no se cumplan dos meses de su ida, aún puedo esperarlos. Le corresponde el saludo. Sanemi saca un cigarro de su riñonera y le pide con voz neutral que baje de la tercera planta donde habita por unas cuantas monedas de oro al mes, que hay alguien que quiere conocerla.

El vaticinio de una desgracia se siente más que antes. Septiembre no termina, Hana, aún podemos esperar. ¿Pero acaso septiembre tiene algo mágico entre sus letras, entre sus días raudos, entre sus atardeceres con soplos helados, entre sus olores naturales? No tiene nada de especial, es un mes cualquiera y ya. ¿Por qué guardar esperanzas en un mes desesperanzado? ¿Por qué cerrarme en que puedo seguir esperando cuando en realidad estoy muriendo por una noticia concisa? Septiembre, acaba conmigo, vuélveme polvo y esnífame, pero haz terminar esto antes de que yo me obligue a hacerlo.

Había dejado de vivir con Urokodaki. No por decisión propia, sino más bien por desgracia. Urokodaki falleció un siete de agosto luego de que un deudor suyo lo tachase de usurero. Le dieron veintinueve disparos y luego le pusieron como apodo «el colador». Hana no pudo soportarlo, así que tomó sus cosas y se fue hacia el otro lado del país, donde el aroma a mar se olía más que en su otra ciudad y el frío le entumecía los huesos y le congelaba la sangre. Por si acaso, había dejado una carta a Tanjirou con su dirección, así él podría ir a por ella cuando decidiera volver.

Sanemi es el primero que la saluda. Le deja un beso casto en su cuero cabelludo y luego se aparta, poniendo como excusa el hecho de que no quiere ensuciarla con el humo de su cigarro. Annie corre hacia ella y se cuelga de sus hombros lánguidos. ¡Te extrañé mucho, Hana, tengo muchas cosas que decirte! Y luego se aparta para señalarle con la cabeza al mismo rubio desconocido.

ESTRAGOS | TANJIKANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora