trece

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N/A: tengo un nuevo vicio llamado: escribir estragos con Lay all your love on me con un amv d one piece, asíes. estos sucesos van transcurriendo el mismo día desde el cap once (por si no lo sabianxd), mucho ojito cn las fechas q por algo están ahí. Un besito y nos vemos pronto ;) 



かまど, 栗花落 カナヲ
estragos: capítulo trece
«la bandera negra de la negación»

quince de enero


Según el reloj que logra visualizar con algo de dificultad, son las doce del día. Doce en punto; las manecillas están perfectamente alineadas. Esa mañana no se desarrolló con tanto frío como auguraba la lluvia nocturna, así que con una manta liviana en sus hombros estaba bien. Además, una taza de café con media empanada reposa tranquila a unos metros de ella. Por ese preciso momento no hay ningún inconveniente imposible de solucionar, mas no puede asegurar que así sea en unas horas más.

—Y si realmente huyó, entonces que no regrese. Por más que no entienda sus razones no volveré a buscarlo, no me arrastraré hacia él, no buscaré pistas ni mucho menos me humillaré de esa forma. Si escapó de mí, sus razones habrá tenido y voy a respetar su decisión.

—Excelente. Ahora solo debes creértelo.

Kanao mira a través de los barrotes al oficial Tokito, quien sigue imperturbable durante un segundo y luego sigue manteniendo la seriedad en sus labios, pero no en sus ojos delatores. Resultaba risible que hace unas horas él la había detenido y ahora estaban conversando de lo más ameno, o al menos intentándolo. Un consejo vital que le dio Zenitsu hace muchos años es hablar sin parar. Desconocía si era verdad o falso si aquello era de utilidad, pero al menos había servido para quitar de su sistema el asunto de Tanjirou por unas horas. Por supuesto, fue incapaz de decirle todo al pie de la letra y había distorsionado la historia para hacerle creer que sufría un mal de amores.

La celda donde se encuentra encerrada no es muy mala a su gusto porque supone que hay peores cosas, y de seguro las hay, pero no quiere ofuscarse mucho en esa idea. Tiene suficiente con ella misma y preocuparse por los demás ahora es irrelevante. Contrario a lo que pensó, el oficial o sea lo que sea Tokito, se fue un momento y luego regresó vestido con otras prendas y un poco más abierto al habla. Desconocía por qué; sin embargo, lo agradeció porque así no había caído en la desesperación incluso queriéndolo.

—Se ve ridícula despotricando de esa manera, señorita, qué quiere que haga si es verdad.

—No me estás ayudando para nada, Tokito-san.

—No quiero ayudarte tampoco. —Tokito sorbe un poco de su café y luego deja la taza donde estaba, sacándose de la manga un pequeño libro. Lo hojea, pero pronto vuelve a guardarlo para dirigir su mirada hacia su nueva acompañante—. Solo una descerebrada saldría a esa hora a correr. Y encima con lluvia...

—El ejercicio es fundamental para el ser humano —miente Kanao, tragándose un suspiro—. No me estás haciendo caso sobre el otro asunto...

—La verdad es que no.

—¿Entonces por qué me preguntaste cómo estaba?

—Era por cortesía. En realidad, no quería saber cómo estabas.

Kanao frunce los labios y luego sonríe, sardónica. Tiene razón. Es incapaz de juzgarlo porque ella ha preguntado lo mismo porque así mismo se lo había enseñado Kagaya. Vuelve a mirar el reloj y solo tiene tres minutos de diferencia.

ESTRAGOS | TANJIKANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora