D Í A 1 6 || P A R T. 2

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꧁ D Í S C U T E   Y   T R E P A ꧂
Part.2



Nos ajustaron los arneses a todos, Aidan se engancho a una de las cuerdas y se acercó a mí.

—¿Vienes?

—No lo sé, nunca he escalado —mire la gran pared con nervios.

—Ven, confía en mí.

Estiró su mano en mi dirección, un tanto indecisa la tomé y me ayudó a engancharme a otra cuerda, me puso tiza en las manos, me explico como tomar las piedras falsas y como impulsarme.

Julio, Thomas y Erick hicieron lo mismo en otra parte de la pared; Aidan subió a mi lado, comenzamos a escalar y aunque era mucho esfuerzo, no era tan difícil como me imagine al inició.

—Lo estás haciendo muy bien, princesa —Aidan me sonrió, nos detuvimos—. Mira, ya vamos a la mitad.

Sonreí mirando hacia arriba, estábamos cerca del final, mire a Aidan sonriendo y gire mi mirada al suelo.

—¡No! ¡No veas aba…

Su advertencia llegó tarde, no sabía que podía temerle a las alturas hasta que estuve ahí mirando al suelo, mis manos comenzaron a sudar y sentía que me resbalaba.

—Aidan, me voy a caer —sentí pánico.

—No,tranquila, tienes la cuerda —trato de calmarme.

—No, me caeré —trate de aferrarme a la piedra falsa.

Vi que Aidan se movía con agilidad hasta llegar a mi, hizo una seña y volvió a mirarme, me sonrió con calma y puso una mano en mi espalda.

—Vamos a bajar, necesito que te sueltes.

—No, ni loca —negué aterrada.

—Confia en mi. Con tu mano izquierda sujeta mi soga.

—Eso implica soltar la piedra, no gracias —volví a negar.

—Tranquila —la mano que tenía en mi espalda se deslizó con suavidad a mi cintura y me rodeó—. Yo te sujeto, toma mi soga.

Lo pensé un momento, al final asentí; sentí vértigo cuando mi mano izquierda soltó la piedra y con rapidez sujete la soga de Aidan, apretó su agarre en mi cintura.

—Ahora con tu otra mano sujetarás tu soga y pondrás tus piernas como si estuvieras sentada.

—¡¿En el aire?!

—Algo así —rió—, es para que podamos bajar, confía en mí. Vamos a bajar ni muy rápido ni muy lento, ten calma.

Suspiré e hice lo que me ordenó, él también se soltó de la pared y comenzamos a bajar como dijo, sentí la velocidad de la bajada así como el agarre de Aidan a mi cintura. Duro menos de lo que imaginé, sentí que alguien me sostenía cuando llegaba al suelo.

—Estás abajo —Elías me sujetó y yo por fin sentí mis pies tocar el suelo.

—Lo hiciste bien —Aidan me sonrió y me ayudó a safar la cuerda del arnés.

—Esto no es para mí —reí—, sigue tú, iré con Sofí.

Me alejé hasta llegar con Sofía, quien sonrió al verme.

—Subiste bastante.

—Y esa es mi máxima altura —reí.

Mire la pared, Sasha y Erick parecía que competían al subir, Thomas se tomaba su tiempo, Julio estaba llegando a la cima y Aidan junto a Elías comenzaron a subir.

Treinta días para enamorarme || 2 || AG [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora