E X T R A I

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NOTICIA IMPORTANTE AL FINAL


꧁ E X T R A I 

Estando juntos, ya nada importa.


15 de Diciembre de 2022

Las maletas estaban listas para viajar a Seattle para navidad. Esta vez Aidan y yo iríamos en avión y así no tener que pasar por la misma odisea de hace unos meses al ir en auto. Nos iríamos en dos días y queríamos despedirnos de una vez de la señora Robinson y el señor Harries.

—Les tenemos un regalo, mis niños —la señora Robinson tomó una caja un poco grande y nos la dio.

—No era necesario —sonreí.

—Quisimos hacerlo.

Aidan y yo quitamos el moño de la caja y entre ambos abrimos la caja encontrando en ella dos suéteres a juego de navidad, no eran esos típicos suéter navideños feos, eran demasiado lindos y me gustaban bastante.

—Fue idea de ella —el señor Harries señaló a la señora Robinson.

—Me encantan —sonreí— Gracias.

—Si, gracias. Los usaremos en navidad —Aidan sonrió tomando mi mano.

—Así me gusta verlos —la señora Robinson sonrió.

—A mi igual.

Aidan levantó su mano mientras sonreía haciéndome reír, bese su mejilla y abrace su brazo derecho.

—¿Cuándo viajará con su sobrina? —mire al señor Harries.

—El veinte.

—Viejito mentiroso —le señora Robinson frunció el ceño—. Ya no podrá ir, su sobrina no compró el boleto.

—¿Señor Harries? —él suspiró.

—Tuvo problemas económicos y no alcanzamos a juntar el dinero de los boletos.

Aidan y yo nos miramos sin saber qué decir.

—No se preocupen, nunca he pasado una navidad aquí y dicen que son divertidas —me sonrió.

—¿Usted también se queda? —Aidan miro a la señora Robinson.

—No, uno de mis hijos vendrá por mí el veintitrés.

—Está bien —suspiró.

—Mejor cuéntenos de ese viaje a Canadá —nos sonrió el señor Harries.

—Es algo fabuloso —hable emocionada—. Cada año, se realiza en Quebec una serie de seminarios y la escuela lleva a una cierta cantidad de alumnos de medicina, leyes, psicología y criminología. Van personas importantes de cada uno de esos rubros y es el mejor momento para hacer conexiones —sonreí—. Este año espero ser seleccionada, hace un año no lo logre —hice una mueca.

—Sofía fue el año pasado, estaba qué brincaba de felicidad —Aidan rió.

—¿Tu quieres ir? —le preguntó la señora Robinsón.

—Supongo —se encogió de hombros.

—Pues, espero que los dos puedan ir.


...


Aidan y yo entramos en mi habitación y me deje caer en la cama suspirando, note la mirada de Aidan desde la silla de mi escritorio, lo mire.

Treinta días para enamorarme || 2 || AG [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora