꧁ N O P U E D E S N E G A R L O ꧂
Algo indispensable para la abogacía es la objetividad, y claro, la honestidad —a no ser que seas corrupto, ahí no importa—. Yo siempre me jacté por decir que yo tenía esas dos cosas, pero no era objetiva y mucho menos honesta; me había estado mintiendo a mi misma y engañando a los demás.
Esto no era un juicio, nadie iría a prisión con cadena perpetua, pero sí que era insoportable ser la única sabiendo la verdad mientras veo los esfuerzos de Aidan para enamorarme.
No era justo para él ocultar la verdad, pero no sabia como decirle.
—¿Qué tanto hay en esa cabecita? —Julio me da ligeros golpes con su lápiz.
—Muchas cosas —suspiré.
—¿Una de esas se llama Insoportable Gallagher?
—Si, de hecho si —reí—. Es que... no lo sé, él... es un buen chico.
—Desde que te conozco, te has quejado de él y lo insoportable que es —cerró el libro frente a él—. ¿Por qué siento que ya logró lo que quería? Y en menos de treinta días, cabe aclarar.
Mire a mi alrededor, estábamos en la biblioteca y teníamos que hablar bajo, pero también éramos completamente ignorados por las personas de aquí. Eso era bueno. Volví a mirar a Julio y negué con un movimiento de cabeza.
—Ese es el problema. ¿Enamorarme en treinta días? Nadie se enamora en treinta días —bufé.
—¿Nadie? ¿Segura?
—Más de lo que crees —le sonreí de lado.
—¿Algo que debería saber? —no dije nada—. Escucha, sabes que Aidan no es alguien que me caiga muy bien, pero veo como lo miras —tomo mi mano por sobre la mesa—, y como tu amigo, yo te apoyo.
—Gracias —susurré mientras sonreía—. Que cursi sonó eso.
Ambos reímos y comenzamos a guardar nuestras cosas para poder irnos, había terminado la investigación que teníamos pendiente. Aidan me había enviado un mensaje por la mañana, tenía que estudiar y estaría el resto de la tarde en su habitación.
Mientras caminaba junto a Julio, vi la cafetería donde Aidan solía comer por tener un amplio menú vegano.
¿Sería tan malo si lo visitó?
—¿Qué pasa?
—¿Te veo mañana? —le sonreí.
—Claro, nos vemos en clase.
Julio se despidió de mí con una sonrisa y se alejó. Entré a la cafetería y pedí algunas cosas que me entregaron un rato después. Fui al edificio donde vivía Aidan, había varias personas afuera, entré al edificio y comencé a subir las escaleras.
Llegué a la habitación de Aidan, suspiré antes de decidirme a tocar, la puerta se abrió antes de que mis nudillos la tocarán.
—Hola —Elías me miró sorprendido.
—Hola —me sentí apenada—. ¿Él está...? —señale dentro de la habitación.
—Si, pasa —se hizo a un lado para dejarme pasar—. Yo iba de salida, voy con Sofi, siéntete como en tu habitación —reí.
—Gracias.
Elias salió cerrando a su espalda, en la habitación no había rastro de Aidan, pero sobre su cama había apuntes dispersos y su computadora con la música en pausa. Había venido una vez, pero no me detuve a mirar nada.
ESTÁS LEYENDO
Treinta días para enamorarme || 2 || AG [✓]
Novela JuvenilTrilogía: Todos nuestros días juntos 1. Diez días con ella 2. Treinta días para enamorarte 3. ---- _____________________________________________ ¿Enamorarte de alguien en un mes es posible? ¿Qué se necesita para enamorarte? Quizá nada o quizá tod...