꧁ L U C I E R N A G A ꧂
—Y eso fue lo que pasó, Aidan no me contó lo que pasó con ese hombre... —el Señor Harries me escuchaba atentamente.
—Cosa por la que no sabes como sentirte.
—Si...
—Entiendo al chico, de estar en su lugar, no se si le hubiera dicho a mi reinita —lo pensó—. Lo habría golpeado, eso sin duda.
—Lo he pensado varias veces y creo que Aidan había estado a nada de hacerlo —suspiré—, pero algo lo detuvo.
—No quería asustarte.
—Supongo que sí... gracias por escuchar —sonreí.
—Es un placer, quiero que sepas que aquí tienes un amigo —tomó con dulzura mi mano.
—¿Puedo abrazarlo?
—Claro que sí.
Me puse aún lado de la silla de ruedas, lo abracé con cuidado, me sentí bien cuando me abrazó, un abrazo de esos necesitaba. Aidan y yo habíamos vuelto al asilo, a él lo secuestró el círculo de tejido, aunque tampoco lo vi que se quejara, eso estaba bien ya que no contaría como secuestro y no debía pagar ningún rescate en forma de estambre o postre para recuperar a mi conductor; ese grupo que creo pasa la mayor parte del día con estambre y aguja en las manos, esperaba a Aidan con un mini pastel por su cumpleaños.
Si, los adultos sí nos quieren.
Todos nos conocían ya, incluso todos los enfermeros, la recepcionista e incluso la directora del lugar, no habíamos venido tantas veces pero como aquí no había muchas visitas, dos chicos no familiares de nadie, eran muy notorios.
Aidan cuchichiaba con la señora Robinsón mientras tejían, la señora Robinsón a una increíble velocidad y Aidan con un poco de torpeza y lentitud. Me encantaba verlo interactuar con ella, me recordaba a cuando lo veía con su propia abuela.
—¿Y cómo va? ¿A logrado algo?
—Bueno... no lo se, lo bese y yo... no sé, si le soy honesta, no se que siento, es confuso.
—Los sentimientos son así, confusos y enredados —señaló con la cabeza a las mujeres del tejido—, los sentimientos son como el estambre. Es una bola enredada de todo, solo hace falta encontrar de donde tirar y sola se deshace.
—Pero a veces quedan pequeños nudos.
—Es cierto, he visto a esas mujeres tomar la ayuda de una aguja para deshacerlo —sonrió—, si te encuentras con un pequeño nudo, se que tendrás quien te ayude a quitarlo.
Mi mirada se dirigió a Aidan quien sonreía al tejer, ya llevaba bastante y aunque ahora seguía pareciendo solo algo recto y sin mucha forma, no me cabía duda que sería una hermosa bufanda cuando la terminara.
—Yo creo que si sabes lo que sientes, pero te da miedo.
Mire al señor Harries, no dije nada, solo me quedé en silencio y le sonreí ligeramente.
¿Sentía algo por él?
Esa era una pregunta para mí yo de hace unos años, ella sin duda respondería sin titubear y siendo totalmente honesta.
El señor Harries y yo nos quedamos jugando ajedrez mientras me platicaba sobre la vez en que terminó en un crucero sin haber pagado nada, lo descubrieron y en la primera parada tuvo que bajar, pero esos días la paso increíble.
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Treinta días para enamorarme || 2 || AG [✓]
Roman pour AdolescentsTrilogía: Todos nuestros días juntos 1. Diez días con ella 2. Treinta días para enamorarte 3. ---- _____________________________________________ ¿Enamorarte de alguien en un mes es posible? ¿Qué se necesita para enamorarte? Quizá nada o quizá tod...