• CAPÍTULO 03 •

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A minutos del encuentro, Alexander y Killian se encaminaban al lobby del hotel. La mirada de Alexander escudriñaba el entorno en busca de la persona que debería estar allí, puntual. Sin embargo, no vislumbraba rastro alguno de alguien que cumpliera con las expectativas de su empresa, solo individuos comunes.

Veinte minutos después, con la preocupación marcando su expresión, Alexander buscó el teléfono de Dmitry, temiendo su ausencia en la reunión. Killian, al notar la inquietud de su amigo, intentó tranquilizarlo, pero antes de pronunciar palabra, otra figura tocó el hombro del azabache.

Sorprendido, Alexander giró hacia atrás, sin estar seguro si era el mismo hombre con el que había tenido una conversación desafiante y despectiva la noche anterior. Ahora, lo veía frente a él, elegantemente vestido y con una sonrisa que resultaba sorprendentemente seductora. Era una imagen completamente distinta a lo que había imaginado, aunque sus expectativas no eran particularmente elevadas considerando el tipo de hombre que había imaginado durante la llamada.

A pesar de ello, no pudo negar la evidencia ante sus ojos. Este hombre era una visión de belleza, destacándose en la multitud. Alexander se permitió recorrerlo con la mirada sin reservas, recordando su inclinación a evaluar visualmente a quienes trabajaban en el mundo del modelaje.

El hombre sobresalía de manera única. Alexander se percató de que era diferente a los estándares del modelaje convencional, comprendiendo por qué tantas empresas lo buscaban. Una belleza exquisita, estatura impresionante, rasgos definidos, un cabello que resplandecía con la tenue luz del lobby y unos ojos verdaderamente hermosos.

Después de observarlo detenidamente, levantó la mirada hacia el hombre frente a él. La diferencia de altura era notoria, obligándolo a mirar hacia arriba más de lo que habría deseado para encontrarse directamente con esos ojos azules, que ahora transmitían algo diferente. Una chispa indescifrable para Alexander en ese momento.

Por un instante, bajó la mirada, sintiéndose intimidado por la intensa mirada del rubio. Sin embargo, recordó la llamada de la noche anterior y se enderezó, desafiándolo con la mirada.

Con un poco menos de nerviosismo, formuló la pregunta.

—¿Es usted, Dmitry Volkov?

Este inclinó la cabeza antes de responder.

—Así es. Lamento la demora. Tú debes ser Alexander Lombardi, ¿no? —preguntó con una sonrisa.

«Encima me tutea y sin conocerme. Al parecer, no me equivoqué. Es un irrespetuoso.»

—Correcto, podemos empezar con la reunión —sugirió, manteniendo un contacto visual constante.

—Desde luego —confirmó Dmitry con un saludo de manos, sin apartar la mirada.

Si la tensión fuera tangible, Killian ya la habría cortado con unas tijeras. La situación era tan intensa que ni siquiera se percataron de la presencia de otra persona a su alrededor.

Killian no culpaba a su amigo. Observando detenidamente, el hombre estaba tal como deseaba cualquiera, dispuesto a sacrificar lo que fuera por estar con él. Al parecer, Volkov lo sabía y lo utilizaba a su favor. Parecía el tipo de hombre capaz de desestabilizar emocionalmente a cualquiera. Sin embargo, esta reunión era crucial, así que decidió intervenir antes de que la situación se descontrolara.

Lost In The Feelings [BL+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora