• CAPÍTULO 04 •

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Tres días después, Alexander se despertó con antelación a su esposo. Ataviado con impecable elegancia, se encaminó hacia su lugar de trabajo. La verdad es que, desde su conversación con el rubio, su mente se hallaba en un estado de ensueño. Sin embargo, estaba dispuesto a sacrificar parte de su mundo por el bien de la empresa, su madre y, en última instancia, por sí mismo.

Mientras conducía, marcó el número de Killian.

—¡Buenos días, Killian!

—¡Alex, buenos días! ¿Qué sucede para que me llames tan temprano?

—Necesito que estés en la empresa lo más pronto posible y trae contigo los documentos del contrato.

—De acuerdo, Alex —asintió con determinación, sin indagar más.

Minutos después, Killian estaba en la oficina, sin tener idea del trato independiente que Alexander había cerrado con Dmitry.

—Alex, ¿Volkov aceptó? Han pasado tres días desde su conversación y aún no me has dicho nada.

Negando con la cabeza, Alexander decidió revelarle todo a su amigo; al final, la verdad saldría a la luz de una u otra manera.

—No aceptó, insinuó de manera cautelosa que quería intimidad contigo a cambio de su firma.

—¡¿Qué?!

—Pero no te preocupes, tú no harás nada.

Killian lo miró con los ojos bien abiertos.

—¿Cómo que tú no harás nada, Alex? ¿Eso significa que...?

Alexander asintió.

—Lo haré yo.

—Pero, Alex... y Zaiden, ¿él sabe?

—¡No! Por supuesto que no. Pero tampoco pienso decírselo; esto será algo que nadie recordará, Killian. Espero que comprendas por qué lo hago.

—Entiendo, Alex, pero, ¿tú estarás bien con eso?

—No debes preocuparte por eso —trató de tranquilizar a su amigo—. ¿Tienes los documentos contigo? —Killian asintió—. Bien, necesito que redactes un contrato de confidencialidad; de ninguna manera quiero que Zaiden se entere.

Killian, consciente de lo que se le pedía, se retiró para realizar la tarea mientras Alexander tomaba el teléfono. El rubio no se había dignado a llamarle, y el tiempo era un recurso escaso. Aunque estuviera molesto con él, Alexander sabía que Dmitry sería quien los sacaría del aprieto, así que decidió dar el primer paso enviándole un mensaje.

Alex:
¡Buenos días, Sr. Volkov! Le estoy enviando este mensaje, ya que usted no ha tenido la cortesía de hacerlo, para discutir la propuesta que planteó.

Sr. Volkov:
Buenos días, Alex. ¿Tanta prisa tienes?

Alex:
Como sabrá, el tiempo es algo que no nos sobra. Si hay que hacer algo, que sea lo más pronto posible, sin darle muchas vueltas al asunto.

Sr. Volkov:
¿Y qué propones?

Alex:
Que sea esta misma semana. Eso sí, habrá un contrato adicional.

Lost In The Feelings [BL+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora