• ESPECIAL •

550 64 20
                                    

—Papá, ¿está listo?

—No, aún me falta —respondió Alexander ajustándose un cárdigan.

Zielle golpeó discretamente la puerta de su alcoba.

—¿Podría ingresar?

—Por supuesto.

La joven entró y observó a su padre perfeccionando su apariencia frente al espejo; soltó una risita al notar que él fruncía el ceño con desaprobación.

—Luces elegante y guapo.

—No digas mentiras, Zielle.

Ella se cruzó de brazos al escuchar a su padre, para luego ayudarle con el cabello.

—¿Por qué mentiría? Sabes que es verdad, y tanto papá Dmitry como Elijah te lo recuerdan constantemente.

Alexander la miró de reojo antes de sonreír levemente hacia su hija.

—Ciertamente.

—Ya ves. No deberías dudarlo.

Zielle abrazó a Alexander por la espalda; con el tiempo, creció tanto que casi alcanzaba sus hombros. Se había convertido en una joven hermosa y muy codiciada al ser la hija de uno de los empresarios más renombrados en el mundo de la moda. Ni qué decir de Elijah, quien se había transformado en un joven atractivo con rasgos notables a los ojos de cualquiera.

—Vamos, papá Dmitry debe estar impaciente.

—Como todos los días —añadió Alexander, recogiendo sus últimas pertenencias.

Zielle tomó lo suyo y cargó entre sus brazos al igualmente crecido Sparky. Luego, se dirigieron al automóvil de Alexander, tomando rumbo hacia la cabaña privada que Dmitry había adquirido hace unos cuantos años.

Cabe mencionar que dicha cabaña solo se utiliza en días festivos, como Navidad y algún que otro cumpleaños. Alexander agradecía eso; su esposo decidió comprarla al darse cuenta de que el pelinegro necesitaba alejarse de ese mundo lleno de trabajo, rodeado de muchas distracciones, evitando así sus merecidos descansos.

—Es lamentable que la abuela no pueda unirse a nosotros —expresó Zielle, acariciando con ternura el pelaje de Sparky.

—Entiendo, querida. Pero conoces su disposición, solo se moviliza en situaciones urgentes—subrayó la palabra—. Sus compromisos comerciales la retienen.

Zielle asintió en señal de comprensión.

—A propósito, cariño, ¿él asistirá? —inquirió Alexander con una risa sutil al notar el rubor momentáneo en su hija, transformando su expresión seria en una tierna y tímida.

—Sí, el tío Killian accedió a llevarlo de paso.

—Bien, me complace constatar que ha tomado una decisión. Esperemos que Dmitry no cause inconvenientes antes de presentar su propuesta matrimonial.

Se mofó mientras Zielle, evitando la mirada de su progenitor, abrió los ojos de par en par.

—Papá, apenas estamos dando inicio a nuestra relación de novios.

Lost In The Feelings [BL+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora