Killian avanzó con elegancia hacia el antro, y al llegar a la puerta, sus ojos se posaron en su amigo, quien estaba inmerso en una multitud, abrazando a alguien con una ternura palpable.
—¡Taylor! —exclamó desde la entrada, atrayendo la atención de su amigo y su grupo.
—Oh, por... —corrió hacia Jones—. ¿Dónde te has metido? —reprochó.
—Tengo un trabajo, ¿sabes? —respondió con cierta seriedad.
—Lo sé, pero mis clientes no, y eres mi talismán de la suerte. ¿Sabes cuántos dejaron de venir cuando notaron tu ausencia?
—No exageres. Veo el local bastante concurrido.
—Es porque contraté a unas damas y caballeros extraordinariamente atractivos.
Killian negó con diversión; ver a su amigo después de tantos días levantaba su ánimo tras esa desastrosa "cena".
—Vamos adentro. —sugirió Killian.
—Vamos, quiero presentarte al amor de mi vida, el amor de mis amores —dijo Taylor, dejando boquiabierto al castaño, quien desconocía que su amigo hubiera tenido una relación seria.
—¿Y ese milagro? ¿Quién es el desafortunado? —preguntó entre risas.
—No te pases, Killian Jones.
Ambos rieron y se dirigieron hacia donde las otras personas rodeaban al de cabello rojizo.
—Chicos.—llamó Taylor—. Les presento a mi amigo, Killian Jones. Espero que sepan cómo tratarlo; puede parecer tranquilo, pero es una fiera cuando se enfada —bromeó, provocando que Killian frunciera el ceño y le pegara en la cabeza.
—¡Auch! —se quejó—. Ya vieron, ya no hay respeto.
Los amigos rieron, pero había uno que permanecía serio, observándolo fijamente. Sin embargo, cuando Killian volteó en su dirección, el chico sonrió, aunque de una manera desconfiada. Eso hizo que el castaño se preguntara: "¿Qué pasa con ese chico?" Pero la voz de su amigo desvió su atención del pelirrojo.
—Killian, él es el amor del que te hablaba —dijo Taylor señalando con la mirada al pelirrojo, quien solo rodó los ojos ante la afirmación—. Aunque aún no me acepta.
—Hola, soy Killian. Y no te preocupes por este hombre, es un niño. Solo le gusta jugar —saludó, tratando de aligerar el ambiente que el chico creaba.
—Hola, Clyden Evans —respondió de manera simple y seria. Al pelirrojo no le caía mal el hombre frente a él; apenas lo estaba conociendo. Sin embargo, podía sentir algo en él, algo que no podía definir, pero presentía que era alguien importante en su vida.
—¿Oíste eso? Tiene el nombre del amor de mi vida —bromeaba Taylor.
—Eres un caso perdido —fue la única respuesta de Killian, provocando risas en todos.
—Ahora que has llegado, permitamos que la música nos guíe en un atractivo y caliente baile —propuso Taylor elevando las cejas con sugerencia y Killian negó divertido.
—Vamos, tengo algo que contarte —comentó Killian mientras se dirigían al centro de la pista de baile. Clyden observaba con atención, y Killian percibía su mirada, preguntándose si se debía a la presencia de Taylor y posiblemente a los celos.
—¿Hay algo que desees decirme? —preguntó Taylor Fletcher, tomando la cintura de Killian, quien se movía al ritmo de la música que empezaba a llenar el ambiente.
—¿Recuerdas la última vez que estuve aquí? —inquirió, notando la afirmación de su amigo.
—Mmm… Veamos, recuerdo a un Killian completamente ebrio y atractivo, con deseos de conquistar a dos hombres a la vez. Y que, gracias a mí, pudiste conservar tu virginidad ese día —comentó Taylor y Killian sonrió con cierta ironía, pero su expresión cambió al recordar quiénes eran esos dos hombres, algo que no pasó desapercibido para Taylor.
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Lost In The Feelings [BL+18]
RomanceFrente a sus ojos se erigía una tentación irresistible, un deseo avivado por la sola intensidad de su mirada, así fue la llegada de Dmitry Mikhailovich Volkov a su vida. Una conexión inesperada, tejida en circunstancias impensadas, donde un encuentr...