• CAPÍTULO 28 •

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Los días avanzaban en su normalidad, pero la llegada de un sobre anunciando su divorcio mantenía a Alexander en vilo; anhelaba liberarse de ese lazo que aún lo unía a Zaiden Roux.

Durante quince días, el abogado Viktor Romanoff, recomendado por Dmitry, trabajó diligentemente para gestionar los trámites del divorcio. Las reuniones no resultaban pesadas gracias al buen humor del abogado, excepcional tanto en su trabajo como al relatar detalles encantadores sobre el pasado de Dmitry.

La estancia en casa de su madre llegó a su fin cuando encontró una—modesta—residencia para su pequeña familia. Zielle, emocionada y entristecida por dejar a su abuela, y Elijah, mostrando más afecto de lo usual, se despedían.

El vínculo con Victoria fue más rápido de lo esperado, revelando un lado cariñoso de su madre que hacía que su corazón se sintiera cálido, reviviendo hermosos recuerdos de la infancia.

—¿Estás seguro de llevártelos? —preguntó su madre con tristeza.

—Sí, mamá, pero no te entristezcas. Puedes visitarnos cuando quieras; tienes la dirección ó venimos.

Victoria asintió y sonrió a los pequeños. Alexander, con las maletas listas, recordó la emoción al comprar docenas de prendas para los mellizos, una tarea compartida con su madre y Killian, formando un trío maternal dedicado.

¿Quiénes sufrieron en esta expedición de compras?

Exacto, sus parejas. Killian arrastró a Sergei a centros comerciales, y Dmitry, siempre atento, se mostró emocionado al ver a Alexander brincar y aplaudir mientras Zielle y Elijah se probaban ropa.

Nunca imaginó encontrarse como el encargado de cargar bolsas en una tienda para niños junto a Sergei, pero ahí estaba, feliz de ver a Alexander sonreír.

Por supuesto, Ivanovich prefería quedarse en su habitación junto a Killian, pero ahí estaba siguiéndole al castaño a punta de regaños.

Ahora, Dmitry cargaba las maletas en el auto para llevar a Alexander a su nueva casa. La antigua se vendió rápidamente, un buen modelo en una ubicación codiciada.

—¿Todo listo? —preguntó Alexander.

—Todo. —respondió Dmitry. Alexander besó a su madre en la mejilla y también a Zielle y Elijah antes de subir al auto, dirigiéndose a su nuevo hogar.

Mientras Dmitry conducía, Alexander no dejaba de mirarlo, destacando su buen perfil, con el cabello rubio ondeando al viento.

—Me estás observando mucho —bromeó.

—Mentira —negó Alexander, aunque se dio cuenta de que lo había mirado más de lo necesario.

—Puedes mirarme así todo el tiempo. No me molesta; después de todo, eres mi pareja.

—C-cierto —tartamudeó, sintiendo la vergüenza en su rostro, pero Dmitry tenía razón.

—¿Te gustó la casa? —preguntó Dmitry, quien había ayudado a buscarla.

—Sí, la vi hace una semana. Es grande y tiene un hermoso jardín.

—Me alegra. Pensé que no te gustaría, es más grande de lo que querías.

—No, me gustó, además... —se detuvo —. Fue algo que vino de ti.

Lost In The Feelings [BL+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora