• CAPÍTULO 29 •

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Dos semanas después, Viktor Romanoff llamó a Alexander para una reunión en la oficina por la tarde, sumiendo a Lombardi en nerviosismo mientras aguardaba a descubrir el propósito.

El abogado, ahora establecido en el bufete de Londres, había dejado atrás el de Moscú mientras resolvía su caso.

Esa tarde, Alexander se preparó y salió con Zielle y Elijah, ya que no tenía a alguien de confianza para cuidarlos. Siendo el jefe, podía llevarlos a la empresa, pero notó que el ambiente no era el adecuado, así que decidió buscar una buena niñera. Los mellizos, en edad de empezar a estudiar, merecían un buen jardín de niños, algo que hasta ahora Pierce les había negado.

Al llegar a la puerta del abogado, Alexander tocó suavemente y una voz grave le indicó que entrara. Un hombre de traje formal le dio la bienvenida.

—Buenas tardes, Lic. Romanoff.

—Lombardi, me alegra que esté aquí, tome asiento —sugirió.

—Gracias, ¿Tiene noticias o resultados? —preguntó curioso.

—En efecto, aquí tiene los documentos que confirman la anulación oficial de su matrimonio con el Sr. Zaiden Roux. Ahora es un hombre libre, Lombardi —anunció, haciendo que los ojos de Alexander brillaran de felicidad.

No podía creerlo, finalmente estaba desligado del hombre al que había dedicado los mejores años de su vida. La noticia le brindó una alegría genuina.

—¡Oh, Dios! Le agradezco, abogado.

—No tiene por qué, es mi trabajo. Además, Dmitry tiene un gran cariño por usted, no podía permitir que siguiera atado a alguien como él, sumando la presión de Dmitry —respondió riendo.

—Lo imagino. Y aunque deseaba el divorcio, Dmitry lo anhelaba más que yo, es evidente para cualquiera.

—Exacto. Pero hubo un pequeño inconveniente.

—¿Cuál?

—Su ex-esposo, al enterarse de que estaba vivo, quería verlo varias veces. No se lo dije porque usted me pidió hacer el trabajo sin tener que enfrentarlo.

—No se preocupe, realmente no quiero verlo. Mi preocupación es el padre de Zaiden. A pesar de que tiene un negocio para el cual yo contribuía financieramente, no quiero que lo pierda. A fin de cuentas, sigue siendo un hombre mayor y no deseo dejarlo sin nada, sobre todo teniendo a un hijo en la cárcel.

—Me encargaré de que todo siga como hasta ahora. Todos los bienes que una vez puso a nombre de Zaiden Roux ahora estarán en sus manos, junto con el dinero que le estuvo robando. Todo volverá a su cuenta personal.

—Estaré al tanto y, una vez más, gracias por su trabajo.

—De nada, Lombardi. Le deseo éxito en esta nueva etapa de soltero —bromeó, conocedor de las intenciones de Dmitry Volkov.

—Le aseguro que así será —concluyó con un apretón de manos, tomando a Zielle y Elijah, quienes jugaban con su celular, antes de salir de la oficina con los documentos.

De regreso en casa, Alexander revisó los papeles nuevamente, queriendo asegurarse de la oficialidad de su divorcio. Con una sonrisa amplia, se vistió con un short negro y una camisa suelta, comenzando a cocinar algo delicioso para los mellizos y para Dmitry, quien ahora no faltaba en las cenas.

Le encantaba tener a Dmitry cerca todos los días, aunque solo fuera por las noches. Al regresar al trabajo, Alexander tuvo que enfrentar los desafíos que había dejado pendientes: cámaras, prensa, inversionistas que se fueron y los que permanecieron. Se alegró al descubrir que Christopher Anderson había decidido quedarse junto a la empresa a pesar de su ausencia.

Lost In The Feelings [BL+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora