• CAPÍTULO 16 •

1.1K 219 54
                                    

Dmitry anhelaba apartar a Roux de Alexander, su impulso era notorio, pero el pelinegro había despertado tantas emociones en él que la simple palabra "esposos" le resultaba fastidiosa. Aunque no era razón para precipitarse, una intuición le sugería que Zaiden tramaba algo más. Años de conocer la verdadera naturaleza de las personas le habían enseñado a desconfiar de las apariencias amables; a veces, estas eran las más traicioneras.

Pensaba en ese castaño, si el motivo era una buena vida, ya la tenía. Si era por dinero, tras tantos años con Alexander, debería tener suficiente. ¿Qué esperaba? Ya tenía una amante, que por cierto, le parecía una joya.

La primera vez que la vio, le resultó atractiva pero nada excepcional. ¿Qué pensaba Zaiden al cambiar a Alexander por ella? Era como cambiar oro por cobre, carecía de sentido. Sin embargo, le intrigaba la verdadera compatibilidad entre la mujer y el castaño.

Siempre había observado a las personas y notaba que ella no difería mucho de Zaiden. Parecía que los afines se atraen; una casualidad que los tres se conocieran.

Odiaba tener a ese tipo de personas a su lado; el castaño ya era suficiente. Después de esa noche, no la volvió a contactar, incluso olvidó su nombre, una curiosa coincidencia que los tres se conocieran.

—Esto parece un juego—comentó el rubio en su habitación, encontrando divertida la conexión que los cuatro compartían.

—Dmitry Mikhailovich— llamó su amigo, aparentemente de mal humor, no queriendo irritarlo.

—¿Qué pasa, Sergei?

—Tú...— dudó en preguntar.

—¿Yo?

—Ah— suspiró—¿Qué hacías con Killian en esa oficina?— preguntó, haciendo que sus mejillas se enrojecieran, no de vergüenza, sino al pensar en cosas indeseadas. Le estaba molestando, conocía a su amigo y pensar que pudiera estar tras Killian Jones lo enfurecía.

—Nada.— respondió tranquilo.

—No me mientas, Dmitry.

—No miento, hablábamos de Alexander.

—¿Había necesidad de encerrarse en la oficina por tanto tiempo?

—Oh, ¿qué tenemos aquí?—pensó, soltando una risa.

—¿Qué pasaría si hubiera pasado algo ahí dentro?— bromeó.

—Tú, hijo de...— la paciencia de Ivanovich estaba al límite.

—Ya, no te enojes, es malo para tu corazón.— sonrió.

—¡Volkov!

—Ya, ya. No pasó nada, y si dudas de mí, ve y pregúntale a él— dijo antes de escapar a su habitación, pero no sin añadir: —Si tanto te gusta, deja de acosarlo tanto y díselo en la cara; Killian no es ningún estúpido, seguramente ya se dio cuenta— cerrando la puerta.

Sergei pensó que era un desgraciado, pero tenía razón; de esa manera no llegaría a nada con Jones.

Dmitry salió del departamento, debía pasar por Killian, ya era muy tarde. Se encontró con Luke ya que este se reuniría con Sergei por un par de copas, salió rápido antes de que le preguntaran a dónde iba. Hace dos noches, quedó con Zaiden, pero no lo encontró en la empresa. La llamada esa noche le pareció perfecta, Lindsey llegaría pronto, y quería ver la reacción de esa mujer.

Killian lo esperaría cerca del restaurante, así que se dirigió al punto exacto. Unos minutos después, estaba frente a él, quien estaba nervioso pero decidido.

—¿Vamos?— preguntó Dmitry, observando al secretario. Si él estaba así, ¿cómo estaría Alexander? No quería ni imaginárselo.

—Vamos.— respondió Killian.

Lost In The Feelings [BL+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora