• CAPÍTULO 13 •

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Zaiden contemplaba la oficina de su esposo, sin rastro de Killian ni Skylar. Se preguntaba por la presencia de Volkov, sintiendo cierta extrañeza pero desconociendo por completo lo que acontecía.

Solo aguardaba una respuesta de alguno de ellos.

Alexander, por su parte, se encontraba en una encrucijada, incapaz de decidir qué decir o hacer. A lo largo de los años de matrimonio con Zaiden, nunca se había aventurado a decir una mentira, pero en ese momento estaba a punto de pronunciar la primera de muchas, sin que él lo supiera.

—¿Qué haces aquí, Dmitry? —repitió Zaiden, ubicándose a un lado de su esposo.

Dmitry quiso responder, pero Alexander se le adelantó.

—Solo vino a felicitarme por el trabajo —articuló nervioso, desviando la mirada hacia el rubio.

Su esposo los observaba con sospecha hasta que Dmitry tomó la palabra.

—Lo que dice tu esposo es cierto, pero tú, Zaiden, no piensas saludar a este amigo tuyo —mencionó con una sonrisa, lanzando algunas miradas al pelinegro.

—Claro, lo siento —se disculpó —. Tengo tantas cosas en mente.

—Vale, ven acá y dame un abrazo, mi querido amigo —dijo con cierta sorna en sus palabras.

Roux percibió algo extraño, aunque no consideró oportuno darle importancia en ese momento. No obstante, Alexander se encontraba en aprietos, tratando de evadir las miradas de Dmitry mientras abrazaba a Zaiden.

«Cínico.»

Pensó.

—Bueno, yo me retiro. Iré a hablar con Killian. Si quieren, pueden quedarse aquí y hablar —pronunció, obteniendo el asentimiento de los demás antes de retirarse rápidamente y disimuladamente.

Quedándose solos, tomaron asiento.

—Tienes un gran esposo, Zaiden.

—Lo sé, pero tú no te habías dado la oportunidad de conocerlo.

—Creo que fui un tonto, pero ahora que lo conozco...

—Sí, sí. Pero dime, ¿cómo te sientes con el trabajo?

—Fue extraño volver a algo que había dado por concluido, pero bien.

—Y... ¿Ya encontraste eso que buscabas? ¿Esa motivación, ese peligro del que me hablaste en aquel club?

Dmitry guardó silencio por un momento, posó su mirada en la puerta por la que acababa de salir el esposo de su amigo y respondió con una sonrisa.

—Lo encontré... —sacó un puro, lo encendió y lo colocó entre sus labios—. Y algo más, tal vez.

Al ver la leve sonrisa de Zaiden, pensó descaradamente:

«¿Qué pasaría si este se entera de lo que está sucediendo entre su esposo y yo?»

Sabía que Alexander no le era indiferente, entonces podía dar por hecho que si pasaba algo entre ellos, aunque el pelinegro lo negara, Zaiden lo intuiría.

—¿Y tú dónde estabas? Desde que llegué aquí no te vi, solo a Alexander —preguntó.

—Mmm, solo fui a cuidar de mi padre, estaba muy enfermo, ya sabes, la vejez —aunque no le creyó del todo, Zaiden asintió.

—¿Y tardaste tanto por eso? Debe estar muy enfermo tu padre —dijo en tono lastimero.

Hasta ese momento, Zaiden pensaba que Dmitry seguía siendo como en el pasado, crédulo e ingenuo ante sus palabras. Además, consideraba que no tenía la confianza suficiente con Alexander. Con esas ideas en mente, soltó, tal vez sin darse cuenta, una información que sería ventajosa para el modelo.

Lost In The Feelings [BL+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora