Dmitry examinaba detenidamente los documentos en sus manos, sumergiéndose en la lectura con meticulosidad. Una sonrisa se deslizó por su rostro al asimilar la magnitud de lo que tenía frente a él.
«¿Realmente pretende ocultárselo a Zaiden?» se preguntó Dmitry, cuestionando la decisión de Alexander.
Si eso era lo que deseaba, ¿por qué no hacerlo? Al fin y al cabo, no perdía nada. El amigo que alguna vez creyó tener ya no existía; el hombre ante él carecía de significado, salvo quizás como un simple juego pasajero.
Discretamente, observó a Alexander, sus manos crispadas y sus nudillos blanqueados por la fuerza que ejercía. A pesar de sus intentos por disimular, Dmitry percibía un toque de nervios en su rostro. Nada escapaba a sus ojos; la evidencia era clara.
—Acepta, ¿sí o no? —inquirió Alexander.
—¿Qué sucede si no lo hago?
—Claramente, aquí no pasará nada, señor.
—Y tú… ¿Estás dispuesto a dejarme ir, sabiendo que soy la única clave para el éxito de tu lanzamiento?
Alexander no encontró la manera de responder. Ciertamente, las palabras del modelo eran verídicas, pero no podía permitir que esa información saliera de esa habitación y llegara a oídos de su esposo.
—Yo solo quiero... —titubeó al decirlo—. Que mi esposo no se entere, y si llega a saberlo, que sea por mi propia boca, no por terceros.
Dmitry examinó el semblante de Alexander. Aunque sus motivos eran cuestionables, los de Alexander tenían una razón de ser en lo que hacía.
—Bien, aceptaré este contrato.
«Jugaré un poco con su cabeza.»
—Sin embargo, yo firmaré el otro contrato después de esta noche.
—¿Y si no cumples después de eso?
—Soy un hombre de palabra. Puedes pensar lo que quieras de mí, pero si digo que lo firmo, es porque lo firmo. Si confías o no depende de ti; lo tomas o lo dejas.
Aunque la posibilidad de que Dmitry mintiera estaba presente, Alexander decidió arriesgarse y asintió con la cabeza. Dmitry procedió a firmar el primer contrato con una sonrisa en su rostro, seguido por Lombardi, quien lo hacía sintiéndose profundamente despreciado por el ruso.
—Bien. Firmado eso, vayamos al grano, Alex —el pelinegro se tensó—. ¡Desnúdate!
Alexander no se sentía preparado ni física ni mentalmente; hacía mucho que no compartía esa intimidad con Zaiden.
—Si me das un poco de tiempo, iré a prepararme —pidió con la cabeza en alto. Dmitry negó; quería verlo.
—Si aún no lo has hecho, lo haré por ti —Alexander no pudo evitar que sus mejillas se tiñeran de carmesí al escuchar eso.
—No, claro que no.
—Vamos, no harás nada que yo no haga después.
—Yo puedo hacerlo solo, no se preocupe.
—Bien, entonces hazlo, pero... frente a mí.
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Lost In The Feelings [BL+18]
Roman d'amourFrente a sus ojos se erigía una tentación irresistible, un deseo avivado por la sola intensidad de su mirada, así fue la llegada de Dmitry Mikhailovich Volkov a su vida. Una conexión inesperada, tejida en circunstancias impensadas, donde un encuentr...