Lost In The Feelings [BL+18]

• CAPÍTULO 10 •

—¡Corte!

—Bien hecho, Archie. Estoy... No, estamos verdaderamente agradecidos de que colabores con nosotros. Es un placer y una facilidad trabajar contigo.

—No hay de qué. El agradecido realmente soy yo. Esta es una gran empresa y ustedes, un equipo excepcional. Pero bien, me tengo que retirar por ahora. Tengo muchas cosas que atender.

—No te preocupes, tu jornada laboral acaba de finalizar. Nos vemos mañana.

Con esas palabras, Archie se apresuró a cambiar de ropa y salió corriendo. Tenía un asunto importante que atender; alguien ya lo estaba esperando, el amor de su vida, la persona más significativa para él después de sus padres. No podía dejarlo. Aunque su trabajo no era tan exigente, el horario le resultó complicado ese día. Sin embargo, estaba bien ubicado; la empresa no estaba lejos de su hogar.

En un instante, tomó su automóvil. Mientras conducía, pensaba que llegaría tarde, por lo que ignoró el semáforo y a una persona cruzando la calle. Sin darse cuenta, la chocó. Al escuchar el estruendoso sonido, salió apresurado para ayudar a la persona que había tenido la mala suerte de cruzarse en su camino.

—¡Mierda, mierda! —maldecía para sí mismo.

—Puta mierda.

—¿Estás... b-bien? —preguntó preocupado.

—Oh, claro que sí. Solo que un imbécil me acaba de chocar, pero no es nada... —Archie soltó un suspiro de alivio —. ¡Obvio que no estoy bien, idiota! —eso hizo que se encogiera —. ¿Es que no ves el semáforo?

—Lo siento, iba algo apurado. Ve al hospital. Yo pagaré los gastos médicos. Aquí te dejo mi tarjeta. ¡Llámame! —dijo antes de subir a su automóvil y marcharse.

Dejó al moreno boquiabierto.

—¿En serio dejó a un herido así? —se cuestionó —. Increíble —expresó negando y tratando de levantarse. Solo una persona se acercó a ayudarlo; no estaba gravemente herido, solo le dolía un poco el brazo izquierdo.

—Así que Archie Murphy, eh... —musitó mientras observaba la tarjeta, que le resultó familiar —. Aquí trabaja Dmitry, si mal no recuerdo.

Archie se sentía un poco temeroso. Rogaba porque nada malo le ocurriera al hombre que dejó atrás, ya que estaba a punto de llegar a su destino. Saliendo del coche, se adentró al lugar buscando por todas partes, hasta que lo vio.

En la sala de espera del aeropuerto, estaba él y sus padres.

—¡Archieee! —gritó el pequeño, corriendo con los brazos abiertos.

Archie, con una sonrisa en su rostro, lo recibió cálidamente y lo abrazó fuertemente.

—Me ahogas, Archie —mencionó el pequeño, dando palmaditas en su brazo.

—Lo siento, me emocioné —respondió antes de ver a sus padres —. Mamá, papá —los abrazó de igual manera.

—¿Cómo has estado, cielo? —le preguntó su madre, algo preocupada.

—Creo que bien. Tuve un percance al venir, supongo que ya está bien —dijo, pensando en ese hombre.

—Me alegro, cielo. Ahora vamos a tu departamento; mañana por la mañana nos iremos a ver la nueva casa que compramos.