• CAPÍTULO 11 •

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Dmitry, a lo largo de la tarde, había estado inmerso en pensamientos sobre cómo acercarse a Alexander. Desconocía los gustos del castaño y buscaba la manera de evitar que lo mandara al diablo. Sin tener a quién recurrir, recordó al secretario.

«Lo que tengo que hacer por él.»

—Sergei... ¿Puedes hacerme un favor?

—No.

—Vamos, no te he dicho qué favor es y ya te estás negando.

—Porque sé que será alguna estupidez.

—De acuerdo, no me ayudes, pero no me iré de aquí.

Sergei sabía que su amigo podía ser un dolor de cabeza, y era preferible tenerlo afuera mientras él hablaba con Clyden.

—¿Y qué es lo que quieres?

—Dame el número del secretario de Alexander.

«Esto no hubiese pasado si no lo hubiera borrado en primer lugar.»

—¿Estás loco? No te daré una mierda —le respondió su amigo realmente enojado, desconociendo el propósito detrás de la solicitud. Sabía que con Dmitry involucrado, no podía esperar nada bueno.

—¡No coquetees con él, Volkov!

—No te preocupes. No es a él a quien quiero.

Sergei lo miró exhaustivamente. No podía confiar plenamente en ese playboy y permitirle jugar con su Killian.

—¡Ya! ¿Me lo darás o no?

—Ahh… —suspiró —. Este solo es el de trabajo, así que arréglatelas como puedas. Eso bastó para el rubio.

Después de varios intentos de llamadas, Dmitry se preguntaba por qué tardaba tanto en responder cuando finalmente escuchó la voz del secretario.

—¡Buenos días!

—Sí, buenos días, Jones. ¿Podrías hacerme un favor?

—¿Quién?

—Dmitry Volkov.

—Si es algo relacionado con el tra... —fue interrumpido.

—No, es algo personal. Y … necesito tu ayuda —Killian solo esperaba que no tuviera nada que ver con Sergei Ivanovich.

—¿En qué te puedo ayudar?

«Vaya, este es más cooperativo que Sergei.»

—Quiero que me digas qué lugares o qué le gusta a Alex.

Eso sorprendió a Killian. Desde la última vez que había hablado con Alexander sobre el ruso, no le había mencionado nada. Supuso que estaban en mejores términos que cuando empezaron.

—¿Qué piensas que haces, Volkov? —de alguna manera su instinto le decía que había algo entre ese par, aunque no estuviese seguro.

—¿De qué?

—Sabes que no tienes oportunidad con Alex. Él es casado, y ama mucho a ese hombre —Dmitry notó un tono de frialdad en sus palabras. Al parecer, el amigo de su jefe no sentía simpatía por Zaiden.

—Lo sé, pero es mejor intentarlo a después estar arrepintiéndome de no haberlo hecho —decía con una sonrisa que ni él sabía de dónde venía.

Killian lo pensó. Y es que no había persona a la que odiara más en el mundo que a Zaiden. Siempre observaba la relación que llevaba con su amigo y no le parecía muy convincente. Sabía que en un matrimonio nada es color de rosa, pero la sinceridad que le mostraba el castaño a Alexander no era la mejor. Le parecía tan falsa por donde la viera.

Lost In The Feelings [BL+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora