Cap. 51: Londres.

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– POV: Lando –

Estoy en casa, en Londres. Ayer vi a mi familia y hoy estoy de camino a ver a Max.

No sabía cuánto extrañaba ver a mi familia hasta que los vi. Siento que he recargado parte de mi ser antes del próximo gran premio.

Ojalá estos días sean como lo estoy esperando.

Ojalá sea un respiro de todo.

Giro a la derecha y en pocos metros estoy en frente de mi casa, la que comparto con Max. Hasta que me mude por completo a Mónaco, cosa que él no se lo ha tomado muy bien.

Entre Carlos y él siento que vivo dos matrimonios.

Saco las llaves de mi bolso y abro la puerta, Max está viendo televisión.

– Hola, Fewtrell. ¿Me extrañaste? –saludo desde la puerta.

Pone pausa a la película que estaba viendo y se dirige hacia mí.

– ¿Tú en Londres antes de tiempo? –frunce el ceño–. ¿Qué hiciste mal?

Qué grata bienvenida.

– Se dice yo también te extrañé –digo de mala gana terminando de pasar mi maleta y cerrando la puerta.

Tomo mi maleta, la subo hasta mi habitación y empiezo a desempacar. Max aparece en la puerta.

– ¿Estás desempacando?

– Sí, Max.

Pasa a mi cuarto y agrega lo que me hace tumbar la última gota del vaso.

– ¿Qué mierda hiciste en serio? Los demás están en Ibiza, ¿por qué tú no?

– ¡No me menciones ese puto viaje!

Quería que dejara la conversación hasta ahí, pero conociendo a Fewtrell, iba a insistir hasta que soltara todo.

– Lando, ¿por qué no estás con todos y con Juliette?

Su pregunta me cae como un cuchillazo al corazón.

Bajo la mirada.

– Lando –insiste.

– Para, Max.

– Puedes decirme lo que quieras, somos mejores amigos. ¿Qué pasó?

– Nada, no pasó nada –empiezo a colgar mi ropa.

– De mí no vas a huir, Lando Norris.

Ya me cansé.

– ¡Bien! Si tanto quieres saber, te lo diré. Pues entérate que tu mejor amigo lastimó a una chica increíble y a la cual quiere muchísimo por caer en mentiras de otra persona, y ahora esta chica increíble está con otra persona que la merece más que yo. ¡Esa mierda pasó!

– Ok, empezamos por algo. Ahora, ¿qué te parece si me das contexto de todo y empezamos a ponerle nombre a los personajes? –suspiro y Max continúa–. Creo que te ayudaría hablar.

Me quedo en absoluto silencio.

Me termino de centrar en colocar mis cosas en el cuarto. Max solo me observa.

– ¿Estás molesto contigo mismo?

Cuesta admitirlo, pero termino por asentir.

– Sí, así es. Soy un idiota, Max. Soy totalmente un idiota –digo y al instante se me empañan los ojos de lágrimas.

Max se me acerca y me da un abrazo.

– No hay nada que no se pueda solucionar.

– Yo creo que esto en serio no lo puedo solucionar, Max.

Amor de Verano - Lando Norris (COMPLETA ✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora