Cap. 45: Monegasco.

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– POV: Julie –

Bajando las escaleras escucho el grito que ha pegado Lando llamándome.

Hago fuerza de voluntad y tomo las llaves de la villa y mi bolso. Tanto los chicos como las chicas, se encuentran viéndome, no dicen nada. Supongo que por el grito de él que se ha escuchado perfecto hasta aquí.

Me miro al espejo una última vez antes de salir para quitar cualquier rastro de alguna lágrima en mis ojos, me acomodo el cabello, y decido salir.

Decido salir y dejar esa conversación ahí y fingir que nada de lo que pasó en menos de 24 horas me tiene consumida y con un dolor en el pecho. Sin embargo, sé que es lo mejor para mí.

Por más que algún día lo quise, y el cariño no se ha ido del todo, primero voy yo, y todo lo que yo valgo. Y no merecía nada de lo que viví.

– Nos vemos –me despido de todos desde la puerta y salgo de la villa. Sin respuesta alguna.

Supongo que están descifrando lo qué pasó.

Veo a Charles fuera de su Ferrari color negro, y al verme sonríe. Imito su gesto.

– Hola, Julie –me saluda.

– Hola, Charles. ¿Qué tal todo?

– Todo bien. Por cierto, estás linda.

Mis mejillas se tornan un poco rojas ante lo que acaba de decir.

– Gracias –respondo con una sonrisa.

– Deja, te abro la puerta –dice Charles, para luego pasar detrás de mí y abrirme la puerta de copiloto del carro.

Mi mirada sube siguiendo el rastro de la puerta que se abren hacia arriba, sin embargo, mis ojos siguen subiendo y se encuentran con los de Lando. Quien está viéndome desde la ventana con la cara completamente roja y los ojos hinchados por las lágrimas.

– Ya puedes –me saca de mis pensamientos Charles.

– Gracias, muy amable de tu parte.

Me acomodo en el asiento y él procede a cerrar la puerta del carro.

Tomo algo de aire. Necesito quitarme esa imagen de Lando de mi cabeza lo más rápido posible.

– ¿Lista para la aventura? –pregunta al subirse al auto.

– Listísima.

– Bien, empecemos –coloca música a todo volumen, baja los vidrios y arranca el motor del auto.

El plan es que como es mi penúltimo día en Mónaco, me serviría de guía turístico. Fue completamente su idea, y no me podía negar.

Además, después de tanto drama, necesito una calma.

Saco mi rostro por la ventana para sentir toda la brisa de la carretera, y si tendría que describir un momento de paz en estos últimos días, este sería el momento.

Después de unos minutos rodando, se estaciona.

– Bienvenida a Le Rocher.

– ¿Esto qué es? No hablo francés –pregunto.

– Significa roca. Estás en el casco histórico de Mónaco. Y empieza aquí, en el Palacio de la Justicia.

– En serio siento que contraté a un guía. Soy fan –bromeo.

– Estudié para esto –bromea de vuelta y nos reímos.

Subimos las escaleras y estamos frente a la puerta.

Amor de Verano - Lando Norris (COMPLETA ✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora