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Abro los ojos.. Estoy en mi departamento. Es de tarde. La cabeza me duele como mil demonios.
Decido que quiero morir pronto y me apresuro a mi caja, la cual esta vacía.. Joder... Debo ir al club. Me levanto decidida y me pongo cualquier mierda que encuentro y salgo.

Llego al club y esta llena de hombres que apenas me ven, me dan nalgadas y gritan cosas estúpidas. Localizo a Alice y me acercó a ella.

-Alice...

-Miren quien apareció... Me tenias preocupada.

-Que ocurrió?

-El jueves te desmayaste y le pedí a alguien de seguridad que te llevara a tu casa.

-Jueves?

-Hoy es sábado...

-Oh diablos...

Dormí todo el viernes y es sábado por la tarde. Eso explica la cantidad de borrachos que hay en el bar del club...

-Tranquila. Puedes recompensar lo que no trabajaste ayer hoy como mesera.. Nos faltan chicas.

-Claro..

-Ve a cambiarte.

Voy al vestidor y veo a las chicas. Algunas son simpáticas pero la mayoría son putas con dedicación. No les presto atención y tomo un uniforme de mesera, que es un corsé negro con provocativos detalles en rojo, una falda que apenas cubre las nalgas y medias. Me lavo la cara y salgo. Veo a una de las chicas con una pipa con crack. Oh.. Justo lo que necesitaba..

-Me das un poco?

-Claro.. Pero te advierto que esta muy caliente.

-No importa..

Lo tomo, si esta muy caliente. En mis labios siento lo hirviendo que esta... Ya estoy mejor...

-Gracias...

Me retiro y voy al bar.

Comienzo a ofrecer tragos a los hombres. Y todos aceptan... Inútiles...
Muchos tocan pero no me importa. Debería?

-Ana!

Alice aparece detrás mio.

-Que ocurre?

-Alguien ofreció mucho dinero por que vallas a servir su mesa en especial.

-Claro... Que mesa es?

-La 24

-Voy.

Dejo los tragos en las mesas que me habían pedido y voy a la mesa 24. Es una mesa apartada y oscura. Sólo veo a un hombre de espalda. Me acerco lentamente mirando al piso.

-Se le ofrece algo para beber?

-No para beber exactamente.

Esa voz...dios santo. Levanto la vista, y ahí esta... Sus ojos grises penetran a lo mas profundo de mi alma.

-La quiero a usted señorita Steele. En mi casa y a mi cuidado.

-Christian.... No puedes estar aquí...

Me alejo lentamente.

-Ana.. Vámonos. No sabes cuanto te busque!

Trata de abrazarme pero me aparto y corro. Sin destino alguno. Solo corro y aparezco afuera del club. Sigo corriendo hasta un callejón y caigo al piso entre dos botes de basura.
Comienzo a llorar. Lo quiero pero no... Quiero estar a su lado pero me asusta...

-Ana! Ana! Dime donde estas!

Sigo sollozando. Quiero que me encuentre e ir con el pero no soy capaz...

2-No escuches a la tentación.© Segunda temporada -terminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora