33: La Noche estrellada (Final)

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Capítulo 33: La Noche estrellada (Final)

Después del funeral todo el mundo se retiró, obviamente. Nosotros ya nos encontrábamos en nuestra casa, pero Paul apenas llegó dijo que tenía que irse por unos asuntos de trabajo.

Pasaron las horas y aún Paul no llegaba y tampoco sabíamos nada de él, y eso nos parecía extraño, porque por lo usual mi padrastro le escribía a Roxane avisándole que llegaría tarde.

Mamá estaba preocupada porque lo llamó varias veces y su teléfono estaba fuera de línea.

Eran aproximadamente las 12 de la medianoche y todavía no sabíamos nada de mi padrastro.

Salí hacia el porche, realmente necesitaba respirar aire fresco, sentía que dentro de la casa me terminaría ahogando con el sinfín de preocupaciones que sentíamos todos por Paul.

La noche estaba alumbrada por miles de estrellas, tanto que me recordó al famoso cuadro "La Noche Estrellada" de Van Gogh. Había un lucero enorme que destacaba haciendo que las demás estrellas se vieran diminutas y escuálidas. Quise imaginar que ese lucero era Ezra, brillando hasta el fin y sonriéndome desde lo lejos en un gesto de que todo estará bien.

Dios, de verdad que duele tanto.

Mi cabello se ondeaba con el gentil viendo que resoplaba esa noche, provocando que algunos mechones se atravesaran en mi vista.

Amarillo, Pikachu.

El color de mi cabello me recordaba sin dudas a aquel peculiar apodo que mi amado me había puesto, pero me dolía recordarlo, así que me vi en la obligación de tomar la difícil decisión de teñirlo de negro, después de todo, mi color natural comenzaba a asomarse por las raíces.

Me adentré en la casa y me dirigí a mi cuarto, ese que siempre había sido mi refugio para todo. Busqué un tinte que tenía meses allí, no sé porqué lo tenía pero parece que el destino si sabía porqué. Agarré unas tijeras y lo corté a la altura de mi cuello y finalmente lo teñí. Ahora sí me veía como toda una asiática, y rayos, era idéntica a mi padre.

Ya era hora de dormir, o al menos intentar hacerlo, pero en el momento en que estaba a punto de acostarme Roxane abrió la puerta de mi habitación bruscamente.

—Alístate, nos vamos. —Dijo esas palabras apresuradamente y cerró la puerta.

Automáticamente me imaginé que se trataba de Paul, por lo que me puse una sudadera encima del pijama, me coloqué unos zapatos deportivos y salí así mismo.

Al estar abajo noté que Hannah, Johnny y Roxane estaban igual que yo, con la pijama puesta.

—Vamos. —Fue todo lo que dijo mamá sin darnos la oportunidad de decir algo, sólo nos tocó seguirla hacia fuera.

Todos nos subimos al auto y ella le pidió a John que manejara, él por supuesto aceptó. Le dio las indicaciones de hacia donde debía ir y todos nos mantuvimos en silencio.

Con honestidad la intriga me carcomía pero no quería preguntar nada. Cuando Roxane está así de seria lo mejor es dejarla tranquila.

Después de media hora en la carretera, Jonh estacionó el auto frente a un hospital. Allí fue donde temí lo peor.

Todos nos bajamos rápidamente y entramos al lugar. Mi madre se dirigió a la recepción y estuvo hablando con la enfermera encargada. Luego la mujer se retiró e hizo esperar a mi mamá en el mismo lugar, pero regresó a los pocos minutos acompañada de un hombre alto y con algunas canas y lentes de pasta negra. Duraron unos minutos hablando, vi como las expresiones de Roxane se sorprendían, incluso tapaba su boca y se apoyaba en el doctor debido al asombro.

Tan cerca pero tan lejosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora