32: Consciente

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Antes de leer:

Quiero dedicar este capítulo al mejor amigo que la vida me pudo dar. Romel8962
Gracias a él he tenido inspiración para este libro porque me ha ayudado mucho, al igual que me ha ayudado en un sinfín de cosas más. Quiero agradecerle por permanecer en mi vida y ser como es. Sin más qué decir, ya pueden proceder a leer. (⁠◡⁠ ⁠ω⁠ ⁠◡⁠)

Capítulo 32: Consciente

Abrí mis ojos con un poco de pesadez, aún me sentía cansado. No estaba del todo seguro donde me encontraba, pero al ver mejor noté que se trataba de un hospital, pues mi cuerpo se encontraba acostado en una camilla y tenía unas intravenosas en mis brazos, como también una máquina de respiración y otra que llevaba el control de mi pulso.

Observé a mi alrededor, las paredes y cortinas blancas haciendo juego con las alfombras y muebles color café y sin mencionar el olor a alcohol isopropílico. En conclusión, todo se encontraba impecable. Mi vista viajaba a distintos rincones de la habitación observando con curiosidad, y allí pude notar que una mujer se encontraba dormida sentada en un sillón, y esa mujer se trataba nada más y nada menos que de mi madre.

Dios, si esto es real, quiere decir que todo lo que pasó anteriormente era un sueño, o mejor dicho, una vil pesadilla.

Me quité el respirador y la llamé por su nombre.

—Señora Vilma de Wood. —Fue en un tono bajo por lo cansado que me sentía, pero fue suficientemente audible para que mi madre despertara.

—Hijo, despertaste... —Se levantó con asombro de aquel mueble y se acercó con rápidez hacia mí, dándome un cálido y reconfortante abrazo. —Pensé que te perdería de nuevo. —Su voz comenzó a quebrarse.

—Estoy aquí, estoy bien. —Acaricié su espalda como consuelo.

Ella se separó de mí con delicadeza y me miró con esos ojos dulces que la caracterizaban tanto.

—Mi niño chiquito. —Estampó un beso en mi frente y se retiró para llamar al médico para que revisara mi estado.

Cuando volvió acompañada del doctor tenía muchas preguntas que hacer.

—Hola Ezra, me presento, soy el doctor Thomas Rossi. Soy el encargado de tu caso desde que llegaste al hospital. —Así que esa voz que escuchaba a lo lejos llamándome se trataba de él.

—Un gusto conocerlo. —Estreché mi mano con la suya.

—Bien, te haremos una serie de revisiones para asegurarnos que todo marche correctamente, ¿ok? —Informó con amabilidad.

—Primero conteste mis preguntas, doctor, y me disculpa el atrevimiento.

Mi mamá me vio con mirada regañona pero no podía quedarme esperando, necesitaba saber qué había sucedido en estos momentos.

—Sí, definitivamente tus familiares no se equivocaron al decirme que eres muy terco. Así que te lo diré. —Tomó asiento enfrente de la camilla y comenzó a narrarme lo sucedido.

Parece que en el momento en que me secuestraron el líquido que usaron para desmayarme no era el indicado, causando que mi sangre lo absorbiera al momento en que me golpearon. Sin embargo pude sobrevivir porque la cantidad de aquel líquido fue considerada, sólo que en el lugar donde me encontraba cautivo era portador de químicos muy fuertes, ya que era una fábrica y almacén de poliestireno. El simple hecho de inhalar el aire contaminado que me rodeaba hizo que la intoxicación en mi cuerpo aumentara, en especial en mis pulmones y por eso sentía dolor al respirar.

Tan cerca pero tan lejosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora