Capitulo 8

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-Bueno entonces, a qué se debe esta visita?- hablé trayendo otro termo de mate para seguir la ronda.

-Estamos planeando una buenas vacaciones para que podamos ir todos- hablo Rodri esperando una respuesta.

Todos asintieron.

-Tendríamos que ir a la playa, alguna tranqui- dijo Lauta a lo cual la mayoría estaba de acuerdo- Emi tiene una casa en la playa, nada más hay que preguntarle si nos la presta unos días y ya estamos.

Me re copaba la idea la verdad.

-Na, ni pinta la playa- esta vez fue Enzo quien acotó haciendo un gesto de desaprobación.

Yo lo miré con mi mejor cara de orto, y después dirigí la mirada a Lauta.
-A mi me parece que esta buena la idea Lauti, en esta estoy con vos- lo quise segundear pobre.

-Ah si obvio a mi también me parece buena idea- dijo Enzo y todos empezaron a darle codazos y a reirse.

-Enzo pollera- gritó Licha y todos volvimos a reir.

Y así, nos quedamos toda la tarde en mi depto de 2x2 charlando sobre la organización del viaje.
A decir verdad, no pensé que iban a invitarme y yo tampoco sabía si ir, porque seamos sinceros, estos chicos están acostumbrados a viajes grandes con muchos lujos o al menos eso imaginaba yo.
Y yo bueno, estaba media justa con la plata.

-Bueno listo quedamos así- finalizó Rodri aplaudiendo emocionado- Me voy a la mierda chau giles.

-Para para llévame- dijo Nico

-Y si queres tírame a mi también- Lauta guiño el ojo a lo que Rodri respondió con un revoleo de ojos.

Los acompañé para la puerta (dos pasos tuve que hacer) y todos se fueron despidiendo. Lauta fue el último en saludarme pero no sin antes susurrarme algo en el oído- me alegra mucho que vengas con nosotros de vacaciones- y finalizó dándome un beso en el cachete.

Ay Lautaro.
Cerré la puerta sentí un calor inmenso en mi cara. Seguro estaba rojisima, pero bueno.

Al instante pegué un salto en mi lugar al darme la vuelta y ver que todavía quedaba uno de ellos en mi depto.

-Ah bueno, listo joya- dijo rodando los ojos- Re zarpadito el Lauti.

-Fua estamos celosos Enzito- dije divertida. Este tipo de situaciones me daban risa- Anda con la morocha de la fiesta.

-Yo celoso ni ahi- volvió a acercarse lentamente mientras continuaba hablando- si ya te dije que solo a vos te voy a re comer esa boc..-
pero Julián no lo dejo terminar ya que aclaró su garganta lo cual hizo que Enzo y yo nos separemos, como si fuésemos culpables de algo.

O capaz lo éramos.

Aparte, qué hacía Julián ahí? Dios que susto.

-Juli tranqui que acá no pasa nada- expliqué al toque, me salió mentir. No sabía que decir.

Pero no dijo nada.
Se quedó mirando. Primero a mi, después a Enzo.

Y se fue sin decir nada, así en completo silencio.

Enzo quiso seguirlo para decirle que se calme, seguramente, pero lo detuve parándome frente a él.

-No para, dejalo-

-Pero boluda para no quiero que..-

-Lo conozco más que nadie, seguro se ofendió pero sé que si lo seguimos se va a pudrir todo. Incluso peor si intentamos explicarle algo..-

-Si tenes razón, bebé, no lo pensé..-

bebé.

-Si, la verdad no estaría muy bueno que le diga algo así como "che hermanito, tengo ganas de comerle la boca a tu mejor amigo, no te enojes dale?"- dije sonriendo.

Me callé la boca pero era tarde, porque Enzo ya tenía plasmada una sonrisa en su rostro, una burlona.

-Tantas ganas de comerme la boca tenes rubia?-

-No.. tipo, lo que quise decir fue que tipo...-

Y sin más me acorraló contra la pared haciendo que mi espalda toque se pegue directamente. Sentía su respiración pesada mientras que poco a poco nuestras narices se iban tocando y finalmente me encaro dándome un beso de una.
Era muy lento y podía sentir una explotación adentro mío. Sus labios eran muy suaves y sentía un olor a menta característico de Enzo Fernández.
Me agarré de su cuello y sin un poco de timidez el introdujo su lengua queriendo jugar con la mía, mientras que sus manos me sujetaban con fuerza las caderas.
Era imposible que una persona te produzca tanto con un beso.

Estuvimos un rato disfrutando mientras que cada vez la situación se ponía más intensa. Apenas nos separamos para respirar un poco, yo iba a encarar otra vez, necesitaba un poco más, estaba en un punto de desesperacion que hasta yo me desconocía en ese momento.

Pero él se hizo para atrás, susurrandome un "chau rubia hermosa" y se retiró dejándome así, con ganas de más.

Ay Enzo... que me estás haciendo?.
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J.

360 grados- Enzo FernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora