Capitulo 33

3.9K 180 42
                                    

A la mañana siguiente me desperté acompañada por Enzo quien seguía durmiendo tranquilamente al lado mío.

Miré para abajo y noté que nuestras manos estaban entrelazadas lo cual me pareció rarísimo, pero tierno al mismo tiempo.

Con toda la delicadeza del mundo me levanté tratando de no despertarlo, de igual forma recibí un gruñido de su parte quejándose pero al final continuó durmiendo.

Luego me decidí por ir a comprar unos bizcochitos para desayunar con mate en la cama. Planazo.

Mientras bajaba por el ascensor me era muy difícil no pensar en todo lo de anoche, que claramente había sido un error, algo que se podría haber evitado seguramente pero sabía que lo hecho hecho estaba, y para mi mala suerte en algún momento tenía que volver a tocar el tema.

Al llegar de la panadería fui directo a poner la pava para preparar unos mates. Una vez listo, agarré una bandejita de desayuno que tenía en la cocina y llevé todo para la pieza.

-Enzito, despertate- dije moviéndolo un poco.- Dale que hice mate y compre bizcochitos.

-Mmm.. buen día- dijo apenas abriendo los ojos- hay mate?

-Ah bueno, sólo te despertas por el mate- hablé peleándolo un poquito.

-Obvio- respondió él todavía contra la almohada mientras me mostraba una sonrisita.-Buen día, amor.

-Buen día- dije dándole un pico- como dormiste?

-Bien, siempre duermo bien con vos- dijo reincorporándose y prendiendo la tele de la habitación.

Sentí que los cachetes me ardían por lo que dijo, la verdad es que no iba a dejar de provocarme eso nunca.

Al rato, mientras me dediqué a preparar el mate en la cama, también aproveché para agarrar la compu y enviar ese bendito mail a la uni para conseguir una reunión con el directivo por el tema de Europa y, por otro lado, Enzo cambiaba canales buscando un partido de fútbol.

Los mates en la mañana como desayuno se estaban volviendo rutina.

Y era mi favorita.

Nos quedamos un rato en silencio, cada uno en su mundo haciendo lo suyo y de a ratos sentía su mano haciéndome círculos en mi pierna y a veces jugando más cerca en el borde de mi remera. Pero no más que eso.

-Perdón- dijo de la nada atrayendo mi atención, veía que se mordía las uñas-Perdoname por dejarte sola anoche y por todo ese quilombo.. Se descontroló todo.

Suspiré porque tarde o temprano el tema iba a salir.

-Si.. está bien, no es tu culpa, vos reaccionaste como te salió, no me voy a enojar con vos por defenderme.- dije mientras entrelazaba una de nuestras manos.

-Emma.. sos lo más importante que tengo, por eso reaccioné así porque..-

-Eu, no expliques nada... amor, mirame- hablé mientras cerraba la computadora y él obedeció.-Hagamos como que esto no pasó, si?.

-Em, como queres que haga? como hago ahora para verlo en los entrenamientos y no querer embocarsela ahí nomas? Te re faltó el respeto y a mi como amigo me re falló.

Y la verdad es que tenía razón. Realmente no sabía que decirle.

-No va a volver a pasar esto, pero quiero que entiendas que yo también puedo defenderme, es más, lo había corrido y todo. Hay cosas que se pueden evitar.

El suspiró- Bueno, tenes razón vos en esa, me voy de mambo. Sé que vos podes defenderte sola, pero es imposible no explotar y querer defender a las personas que queremos cuando pasan cosas así. No es de malo, Te quiero cuidar nada más.

Te quiero cuidar.

Se me formó una pequeña sonrisa mientras le mantenía la mirada. Cuando más pasaba tiempo con Enzo, más conocía ese lado oculto de él y era imposible no enternecerse.
Obviamente algo que muy pocas personas conocían y para ser sincera, me gustaba ser una de esas pocas.

-Esta bien, si? Y gracias por ser así como sos conmigo. Te quiero- dije finalizando de una vez el tema.

Enzo se acercó para darme un beso cortito y pegarse más a mi.- Te propongo algo, para olvidarnos un poco de todo esto, a la noche que haces?

-Mmm nada, pero que tenes en mente?- hablé yo devolviendo la atención a la tele.

-Perfecto, ya vas a saber, es una sorpresa.-habló pasando una mano por atrás de mi cabeza y dandome un besito, mientras que ahora si volvía su atención a la tele.

Que tendrá en mente? pensé.

Me acurruqué más contra Enzo y nos quedamos un rato así, aprovechando la mañana del domingo, juntos.

360 grados- Enzo FernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora