Capitulo 11

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Me desperté gracias a los golpes en la puerta por parte de Rodri, Nico y Enzo quienes ya estaban bastante enfiestados por ser las 9 de la mañana, poniendo la música a los mangos y yendo de habitación en habitación despertando a todos.

Estoy viviendo mi segundo viaje de egresados, o qué?

Me levanté enseguida y miré por la ventana. Día hermoso, espectacular para ir a la playa.
Al bajar observé que la mayoria estaba desayunando, alguno de los chicos y Camila, por supuesto, ya me había olvidado de su existencia.

Siendo sincera mientras ella se hacia su desayuno pude notar que todos la miraban de vez en cuando y con razón, la piba era muy linda, demasiado y todos estos eran unos virgos.

Me fijé en Enzo, el tambien miraba despues en cuando, aunque no tanto como los demás, pero lo quise molestar así que con todo el amor del mundo lo pateé por abajo de la mesa a lo que el se quejó haciendo una mueca.

-Ay disculpame no te vi- le dije regalandole una sonrisa

-Ya vas a ver vos, celosa- habló terminando de desayunar y después se encaminó hacia las escaleras.

Yo rodeé los ojos, aunque un poco de razon tenia él, no queria que mire a nadie mas, o por lo menos no si yo estaba en frente.

En fin, despues de esa escenita nos encaminamos hacia la playa. Yo por mi parte, decidí usar la mejor bikini que tenia, agarré mis lentes, protector y alguna que otra cosita mas.

Era una playa tranquila ya que los chicos al ser tan conocidos no querian ir a una en donde haya mucha gente porque sino no iban a poder estar como querían, y era totalmente entendible.
Al llegar Rodri, Enzo, Juli y Licha corrieron al agua tirando sus cosas al pasó. Literalmente estaba rodeada de nenes.

Tanto Camila como yo decidimos agarrar las reposeras y ponernos a tomar sol y de paso escuchar algo de música. No habiamos hablado en todo el día y eso que a mi me encanta hablar, entonces la situacion por lo menos para mi se tornaba un poco tediosa.

Yo no era de tener muchas amigas, en realidad, por el momento mi círculo de amigos se podía contar con los dedos de la mano y solo me refiero a Julián. Por más raro que suene se me hacía más fácil mantener una amistad con un hombre antes que con una mujer. Pero había que intentarlo.

-Hace mucho conoces a los chicos?- hablé rompiendo finalmente el hielo.

-La verdad es que no hace tanto, obvio que por Nico conocia a algunos pero nunca tomé tanta confianza- respondió desde su reposera sin mirarme.- vos que onda?

-Yo hace literalmente dos meses, pasa que soy la mejor amiga de Julián y... se podría decir que Enzo-

de Enzo, nada que ver.

Ella me miró soprendida- ¿sabés si Enzo esta soltero? porque es un bombón- no sé por que sentí que en ese momento me empezaba a hervir la sangre.

-La verdad es que..- iba a contestarle hasta que divisé a Julian corriendo a toda velocidad hacia donde estaba yo, acompañado de Enzo.

Ay, no.

-No Julián ni se te ocurra- grité tratando de que me suelte- Enzo vos tambien salí pelotudo- Entre los dos me agarraron estallando de la risa mientras me alzaban para llevarme al agua. Y dicho y hecho me soltaron ahi haciendo que me moje toda.

-Ah no listo, esto es guerra- comenté entre risas mientras los perseguia y tiraba agua. Julián era el peor así que me la arreglé para luchar más fuerte contra el.

-Bueno listo me rindo, no juego mas- dijo agitado mientras se iba para la orilla.

-Cobarde, no te la bancas- le contesté burlona, a lo que el me mostro el dedo del medio.

De repente, sentí que alguien me agarraba de los pies y me volvía a hundir en el agua, esta vez era Enzo. Yo me seguía defendiendo e intenté hacer lo mismo, pero el fue mas agil ya que se las arreglo para agarrarme por la espalda y el muslo, haciendo que yo enrede mis pies sobre su cintura.

-Hola- habló primero sonriendo.

-Hola- le respondí haciendo el mismo gesto.

-Ahora si te tengo para mi, rubia- murmuró cerca.- Ahora si sos toda mia. Mira cómo te queda esa bikini.- se mordió el labio.

Sentía como nuestras respiraciones chocaban y nuestros labios se estaban rozando.
Pero no llegamos al beso.
Yo desenredé mis piernas y comenté desafiándolo- El que llega primero a la orilla gana, lindo-

-No seas mala- escuche que gritó mientras venía atrás mío trataba de alcanzarme.

Y asi es como ambos comenzamos a nadar lo mas rapido posible intentando llegar a la meta final.

-Sos una tramposa, pero esto no se va a quedar así- dijo por último advirtiéndome.

360 grados- Enzo FernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora