Capitulo 31

3.8K 180 14
                                    

Al rato llegamos a casa y casi al mismo tiempo nos desplomamos en el sillón. Enzo soltó una pequeña risita mientras miraba el techo y yo me quede mirandolo extrañada.

Se le habia contagiado la locura de mi papá en esos quince minutos que estuvo ahi hablando con él.

-De que te reís?- hablé ahora si mirandolo.

-Te dije amor en frente de tu papá. Casi me asesina- dijo soltando una carcajada.

-Sos un pelotudo -hablé contagiandome de su risa- Tan mal estuvo esa charla?

-Del uno al diez? Un seis, pero pudo ser peor la verdad- dijo mientras pasaba su brazo por atras de mi cabeza atrayendome más hacia él.

-Perdón, no te correspondía a vos hablar con él..-dije pasandole una pierna por arriba tratando de hacerle mimos- Que te dijo al final entonces?

-Que hago primero, te cuento o te como la boca de una? Porque si te me pones asi..-jodió un poco.

-Primero contame- le dije yo.

-Bueno, en resumen le dije que sos bastante grande como para que tomes tus propias decisiones, obvio que se lo dije bien, a parte me dió la razón. Y que la única condición era si vos solicitabas una beca de la uni para seguir estudiando afuera, pero.. eso es fácil o no?-pregunto él.

-Eeh, si no se, pero por suerte tengo buenas notas asi que eso puede ayudar, lo único que necesitaria sería una carta de recomendación y unos papeles más...pero bueno, mañana voy a mandar un mail y averiguar, si?- dije acariciandole el cachete mientras el se relajaba bajo mi tacto.

-Si amor, por ser sábado creo ya tuvimos suficiente con este tema- comentó Enzo y yo no pude estar mas de acuerdo con eso entonces asentí.

Nos quedamos viendo un partido y al toque nos sonó el celular a los dos al mismo tiempo.

"Consegui fiestita privada, vengan manga de giles que se re picaaaa."

Mensaje de Rodri, obvio.

-Vamos?- le pregunté a Enzo.

-Como quieras rubia, igual yo me quedaría acá abrazadito a vos- dijo todavía mirando la tele.

-Que abuelo que sos- hablé- dale vayamos.

-Bueno dale, avísale. Agarra tus cosas así vamos para mi depto y salimos de ahí- dijo él en un bostezo.

Agarré un vestido que tenía guardado, no elegante pero si un poco escotado, a esta altura me importaba muy poco todo la verdad, unos maquillajes más, los zapatos y todo listo.

Nos dirigimos al depto de Enzo y me sorprendí de lo lejos que quedaba de mi casa, todavía no podía creer el trayecto larguísimo que tenia que hacer para venir a verme.

Al llegar me encontré con un edificio muy lujoso y de varios pisos, este claramente ni se parecía al que vivía yo. No era nada que ver.

Cuando cruce la puerta divisé un espacio realmente enorme, con muebles nuevos y todo impecable, todo muy a lo grande.

La verdad, no se porqué se pasaba tanto tiempo en mi mini depto si tenía todo esto para el solo.

-Enzo, es increible esto- dije asombrada mientras seguía inspeccionando todo.

-Te gusta? A mi no me gusta estar tanto acá- habló esta vez mientras abria un cajón y buscaba ropa para ponerse-aparte ahora ni lo uso, casi que vivo con vos.

-Boludo como no te puede gustar esto?- lo miré sería, porque tampoco la pavada, era enorme el lugar.

-Es que lo siento muy frío, no hay tanta vida como en el tuyo. Tu depto es más casa que el mío y me siento más cómodo allá- dijo alzando sus hombros.

Casa.

Sólo le sonreí. Me gustaba la idea de que el ambiente que cree yo en mi casa lo pueda hacer sentir así.

Finalmente cada uno se cambió para ir a la fiesta. Enzo había desaparecido por un ratito y yo me dediqué a maquillarme y terminar de ponerme los zapatos. Me mire al espejo no muy convencida pero ya no me quedaba otra.

Enzo, minutos más tarde, hizo su aparición en la habitación mientras por el reflejo del espejo veía que me rodeaba con su brazo y se ponía detrás mío.

-Lo que estás, rubia- habló dejando besos húmedos en mi cuello- ahora tengo unas ganas de sacártelo.

-No dale, vamos a llegar tarde- dije riendo- más tarde, te prometo que hacemos todo lo que quieras.

-Todo?- habló él acercandome más.

-Todo- dije dándole un pico y saliendo de la habitación.

Al llegar a la casa-quinta enorme nos encontramos con Ota afuera y obvio que nos dimos un abrazo como si no nos hubiésemos visto en años.

-Amigo! Emma!- gritó- los extrañaba wachos, ya se casaron o que ond..

-Bueno listo, relajando con el vasito- dijo Cuti apareciendo por el otro lado-Hola gente linda, entramos?

Asentimos y entramos de una vez.

El lugar era espectacular y la música retumbaba en cada espacio, la sala principal estaba llena y el patio estaba explotado de gente.

Al llegar afuera nos encontramos, dentro de la multitud de gente, con Julián y con más amigos de los chicos como Gonzalo, y el Papu quien estaba bailando como nunca.

Y para mi desgracia, también estaba Lautaro.

Todos nos saludaron re bien, menos él que saludó con la cabeza mientras terminaba de tomarse algo.

Un poco soberbio, ni lo tenía así la verdad, no se que le pasaba ahora.

Al instante, sentí que los dedos de Enzo se clavaban en mi cintura y cuando me rescaté vi que estaba fulminando con la mirada a Lautaro.

En un intento rápido, me acercó más a él estampándome un beso en frente de todos casi devorándome la boca, mientras que su mano descaradamente me tocaba toda la parte baja. Yo me sostuve de él un poco sorprendida, pero se lo seguí.

Pero yo sabía que esto no eran ganas, o capaz si, pero más que nada en este momento eran celos.

-Eh, dejen de comer en frente a los pobres- tiró Leandro desde el otro lado.

-Queres vos también?- dijo Enzo y todos empezaron a joderlo

Yo pude divisar que Lautaro no le causó ni un poco de gracia y se fue de la ronda.

360 grados- Enzo FernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora