Inocente Obsesión © #2 [+18]

Capítulo 26. No fue un sueño

Adam Hansley

Después de haber sido sincero con Ellen, respecto a mis sentimientos, digamos que todo ha ido mejorando en parte para nosotros dos. Lo único es que aún no he hablado con Gabriel sobre lo que pasa entre su hermana y yo.

Quedamos de vernos luego de que terminen las clases, quizás sea hora de que le diga la verdad. Es mi mejor amigo y hermano de Ellen, claro que tiene derecho a saberlo.

Termino de anotar las últimas fórmulas del pizarrón, y antes de que el timbre suene, el profesor da algunas indicaciones para el día del examen parcial. Termina y todos salimos. Max pasa a mi lado, serio, Iván toca mi hombro y me saluda, luego se va detrás.

Fui a la máquina expendedora por unas papas y una bebida sabor a manzana. Ellen se acercó a mí jadeando del cansancio. Me quitó la bebida de las manos y le dio un enorme sorbo.

— ¿Qué haces aquí, no me digas que vienes a verme?

Ella niega.

— ¡Hum! Quisieras. Vengo a ver a Aisha.

Sonrío.

— ¿No te queda un poco lejos venir hasta acá? Digo, el descanso es corto y en lo que vas y vienes...

— Ya no tengo clases — me interrumpe.

— ¿Por qué no? — levanté una ceja.

— Creo que habrá junta de maestros — se encogió de hombros.

— Ya. Qué bien, entonces.

— Bueno, me tengo que ir. ¡Gracias por la bebida!

Sus tacones resuenan demasiado alto por la fuerza con la que camina y no puedo evitar reírme. Niego con la cabeza, me giro de nuevo hacia la máquina, inserto la cantidad de monedas requeridas y presiono el mismo número de bebida de antes.

Solo tengo una clase más durante el día, hoy no toca entrenamiento, así que podría decirse que es como mi día libre de la semana. Me voy al salón donde me corresponde la siguiente clase y para matar tiempo me pongo a ver anime en el celular.

La profesora Hannah llega, comienza con su sermón de siempre, luego anota un par ejercicios en el pizarrón y quien los finalice puede marcharse. Demoro veinte minutos en hacerlos, diez por cada ejercicio. Se los muestro y me felicita, como siempre, debido a que soy el único que los resuelve primero y sin errores.

Mientras espero a Gabriel, a lo lejos veo a Alan y Ellen conversando. No puedo evitar sentirme celoso cada vez que lo veo juntos. No sé qué se traen los dos, pero después de que él le dio esa carpeta roja a Ellen, llegué a la conclusión de que algo ocultan.

Adam: ¿Qué haces con Alan?

Ellen mira su celular, frunce el ceño, luego levanta la cabeza y comienza a buscarme.

Ellen: ¿Cómo sabes que estoy con Alan?

Adam: Los estoy viendo justo ahora.

Ellen: Ah, ya te vi.

Sonrío y comienzo a teclear de nuevo.