Inocente Obsesión © #2 [+18]

Capítulo 32. Felices 19, Afrodita

Ellen Beckett

Desperté sintiendo un hambre voraz, una que incluso ahora mismo sería capaz de comerme una vaca y no dejar ni los huesos.

Eso sonó muy carnívoro de mi parte.

Bueno, yo intenté ser vegetariana en el pasado, pero el olor de la carne mientras se cocinaba me hizo caer. Y desde entonces ser vegetariana es solo un recuerdo muy simple y sin sabor. Es que admitámoslo, la carne es deliciosa.

Bajé a desayunar, y una vez abajo todos en la familia me felicitaron por mi cumpleaños. Papá y mamá fueron los primeros en darme un regalo de cumpleaños. Mamá me regaló un perfume Dior. Y papá un reloj Breguet y Fils con diamantes incrustados en él.

— ¡Gracias, mamá! — la abrazo y le doy un beso en la mejilla —. ¡Gracias, papá! — me dirijo hacia él y lo abrazo —. ¡Son los mejores padres del mundo!

— Ahora el mío — dice Gabriel —. Espero lo cuides y no permitas que muera pronto — me extiende un transportín y yo lo sujeto —. ¡Feliz cumpleaños, hermanita!

Oh, Dios mío.

No puede ser.

— ¡No puede ser! ¡Es un gato! ¡Aaaahhh!

— Sé lo mucho que querías una mascota, así que pensé que sería un buen regalo de cumpleaños — me recuerda Gabriel, sonriendo.

— ¡¿Te he dicho ya lo mucho que te quiero, hermanito que me saca de quicio siempre?!

— Por supuesto que no.

— ¡Te quiero mucho, mil gracias por el regalo! — me aproximo a él y lo abrazo.

— Cuídalo, Ellen, porque no es uno más de tus peluches, ¿me oyes? Es un ser vivo. ¡Un ser vivo! Necesita comida, agua, llevarlo al veterinario, etc.

— Claro que lo haré. Voy a esforzarme para que viva por muchos años.

— Vale.

— Ten, este es el mío — abro el regalo que Didi me obsequió y es un collar precioso —. Feliz cumpleaños.

— Es... muy bello. ¡Gracias, Didi! ¡Me gusta mucho!

— Me alegra que te guste.

El collar es una belleza. Está hecho de oro y su dije es de un joypad. Me hace feliz que Didi conozca mis aficiones. Dentro de él habita un corazón de piedra que, de vez en cuando, puede sentir amor por los demás.

— Gracias por darme estos regalos tan significativos para mí — les digo con altas ganas de llorar.

Lloré de felicidad pero no mucho, porque mis ojos iban a hincharse como dos globos y no quería eso. No hoy que es mi cumpleaños y debo verme radiante. De acuerdo con la agenda de hoy... tengo Spa a las 10:00 a.m. Salón de belleza a las 3:30 p.m. Y, por último, estar en hotel a las 7:00 p.m.

Adam quedó de venir a las 9:00 a.m., y son las 9:03 a.m., y todavía no llega. ¿Dónde estará metido? O peor aún, ¿qué estará haciendo que por qué no llega a la hora que prometió? Calma, Ellen. Calma. Hoy no debes hacer ningún drama, mañana sí, hoy no.

Revisé mi WhatsApp y no tenía nada relevante, solo felicitaciones de compañeros de clase a los que nunca les he hablado en mi vida. Son patéticos e hipócritas. Hablan de mí a mis espaldas, pero quieren ser tomados en cuenta por mí. Qué ridículos son.