Inocente Obsesión © #2 [+18]

Capítulo 45. El mundo paró

Capítulo final,
pero ojito que todavía falta el epílogo. ❤️

Narrador omnisciente

Es sabido que nuestro planeta realiza 365 rotaciones en un año y, en el caso de año bisiesto, una más. Sin embargo, así de la nada, el mundo paró, fueron solo un par de segundos pero pareció una eternidad. Nada fluyó como antes, los sonidos abandonaron el ambiente, todo empezó a perder sentido.

Su cuerpo yacía agonizante en el suelo, poco a poco se fue enfriando, perdiendo cualquier signo de vitalidad. Nadie pudo hacer nada para salvarlo, porque la bala le había perforado los pulmones. Ellen lloró en silencio, culpándose a sí misma. Iván gritó de impotencia y dolor hasta desgarrarse la garganta, algo dentro de él se había roto, ya que una parte de él aceptó que ese era el final.

Para Iván ya nada en el mundo tendría sentido. De hecho, en algunas ocasiones incluso consideró el suicidio como una opción de escape de la realidad de mierda en la que vivía, pero tener a Max a su lado fue el mayor impulso para poder seguir viviendo. ¿Y ahora qué iba a hacer? ¿Qué impulso tendría ahora para no pegarse un tiro y acudir con su ser amado?

Max iba muriendo lentamente en los brazos de Iván, por lo que vio como la luz de sus ojos se iba apagando. Quería retroceder en el tiempo y evitar eso, pero desafortunadamente era humano y no tenía ese poder. Después de todo, los humanos son simples mortales. Ninguno poseía una habilidad especial de esa índole.

Melissa cayó de rodillas mirando a Max, sorprendida por lo que acababa de hacer. Su corazón dolía más que mil heridas, ya que algo que nunca le había dicho a nadie era que amaba a Max. En silencio lo miraba, lo deseaba, incluso lo amaba, a pesar de que él siempre tuvo ojos solo para Ellen. Ella lo sabía, por eso la odiaba aún más.

Solo una cosa pasó por la mente de Melissa en ese momento: "Todo esto es tu culpa, Ellen." Para Melissa, la única culpable de todo era Ellen, así que la miró con enojo y le entraron ganas matarla.

Rápidamente, miró el arma que yacía tirada a su lado y no dudó en volver a levantarla, se puso de pie y fue acercándose a Ellen, pero alguien disparó antes de que ella lo hiciera. Con la diferencia de que el disparo tenía otro objetivo, uno que no era Ellen, sino ella. Se giró y miró al verdugo a cargo de su ejecución, Melissa no entendía por qué todos hacían lo que fuera por Ellen, incluido matar.

Adam había disparado apuntando al corazón de Melissa, su pulso fue lo bastante bueno que dio en el blanco, no en vano entrenó con Gabriel cuando fueron de viaje a Italia. Este se fue acercando y le disparó una vez más, el dolor que sentía no iba a cesar hasta que la viera muerta. Él no iba a perdonarle por todo el daño que le hizo a sus amigos y a su novia.

Max no era una persona relevante en su vida, ¿cómo iba a serlo? Si Adam lo tenía todo, no tenía absolutamente nada que envidiarle a un "pobre diablo" como Max. Sin embargo, en el fondo, muy en el fondo, había cierta admiración hacia él. Incluso comenzó a desarrollar un poquito de empatía por él, Adam dejó todo de lado, olvidándose de los estúpidos roces que alguna vez tuvieron y lo empezó a ver como uno más de sus amigos.

Claro que le dolía verlo agonizar; Max a veces era como una espina clavada en el costado de Adam, pero aun así aguantaba la molestia que ella le daba, por el simple hecho de que le había cogido cariño

Ivan, por otro lado, temblaba y lloraba, en ese momento era capaz de vender su alma al diablo solo para que Max pudiera vivir. Estaba desesperado, muy desesperado. Nunca antes había sentido un dolor tan grande como el que ahora estaba sufriendo.