Ellen Beckett
— ¡Escríbele... o llámale! ¡Pregúntale qué le pasó! Él no puede dejarnos abajo en la última partida, no cuando nos costó tanto llegar a la final — le sugerí a Gabriel.
— Le dejé más de mil mensajes y una infinidad de llamadas perdidas, ¿crees que no he intentado comunicarme con él? — me dijo él muy molesto.
— Pues algo importante debió haber sucedido para que no pueda conectarse — dije tratando de calmar la molestia de mi hermano.
— ¿Algo importante? — inquirió —. ¡Ja, ja, no me hagas reír, Ellen! Lo único importante para él es estar entre las bragas de cualquier chica sexy — soltó.
Sentí como si un balde de agua fría me cayese encima en plena madrugada de invierno. Lo peor de todo es que, es que yo ya era consiente de ello. Sabía que Adam era así.
— No creo que nos deje por una chica — susurré, tratando de convencerme a mí misma de que las cosas no eran como Gabriel pensaba.
— Ellen, sé cómo es Adam. Es por eso mismo que no dudo que nos haya dejado por estar follando con alguien ahora mismo. ¿Sabes qué es lo peor?
Negué con la cabeza.
— ¡Qué se lo advertí! ¡Le advertí que si hacíamos equipo, que no fuera a dejarnos a medias, que prometiera que en cada partida estaría presente, pero es un egoísta de mierda que solo piensa en él! ¡Lo conozco, Ellen, más de lo que te imaginas y... aun así, por un momento... supuse que sí cumpliría con lo que me prometió cuando hablé con él!
Gabriel estaba decepcionado, muy decepcionado. En mi vida jamás lo había visto de esa manera. En verdad le dolía lo que Adam nos estaba haciendo.
A mí también me duele, y mucho. No por el hecho de que Adam esté follándose a alguien ahora mismo, sino porque estos ratos en los que jugábamos se sentía que nada había cambiado, que todo era igual que antes como cuando éramos niños.
Nada puede ser igual que antes, nada, no importa cuánto nos esforcemos porque sea así... es imposible. La realidad es que dos cosas jamás, pero jamás serán iguales, y lo mismo pasa con las personas.
— Todavía faltan algunos minutos para que la final empiece, quizás... él aparezca.
— No lo hará, estoy seguro.
— Démosle el beneficio de la duda, Gabriel.
— Dárselo tú, pero yo... ni loco.
Mi hermano sí que estaba enfadado.
Dolido.
Traicionado.
Y se sentía incluso abandonado.
— Mira, Ellen, confiaré en él una vez más y si no aparece no lo volveré a hacer jamás.
Gabriel ya estaba un poco más calmado; es como si luchara con su orgullo y con su ego para no dejar que sus sentimientos de enojo y rabia terminasen por dominarlo, y consumirlo completamente.
— Sí, esperemos. Él aparecerá, ya verás — dije, y la verdad es que ni yo tenía fe ya, de que apareciera.
La impaciencia que sentía hizo que le enviara mensajes a través de Instagram, los cuales no estaba segura de, si los iba a responder o no.
Ellen: ¿Estás ahí?
Pasaron dos minutos y no respondió.
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Inocente Obsesión © #2 [+18]
Novela Juvenil[COMPLETA] ☑️ Ellen Beckett, una belleza sin igual cuya comparación es inexistente; es una chica atrevida, exigente, orgullosa y sensual, es más, cualquier chico caería rendido a sus pies con solo una mirada de tan bella chica. Cuando su vida empiez...