Capítulo 8. Mi otra mitad ha vuelto

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Ellen Beckett

— ¿Por qué estamos aquí? — Dylan miró el estacionamiento del centro comercial —. Me pediste que viniera contigo, pero no entiendo para qué.

— Solo quería salir un rato, ¿okey? — suspiré —. Me aburro de pasar tanto tiempo sola en casa.

— ¿Por qué no le dices a Max que te haga compañía?

— Está trabajando a tiempo completo, por eso no tiene tiempo, además, llega cansado a su casa, molestarlo, ya sería avaricia.

— Entiendo.

— ¿Sabes, Dylan? — tragué grueso —. Desearía tener una mejor amiga.

— ¿Y Tatiana? ¿Qué acaso no es ella tu mejor amiga?

Negué, — Ella es una buena amiga, pero no es mi mejor amiga, porque para ella su novia es su mejor amiga.

— No te preocupes, ya encontrarás a alguien que será tu mejor amiga.

— ¿En serio lo crees?

— Sí.

Sonreí, — ¿Vamos por un helado?

— Bueno, vamos, pero tú pagas.

Asiento

— Vamos, entonces — digo.

No sabía qué sabor de helado elegir, hay tanta variedad, no tengo un sabor de helado favorito, ya que me encantan todos.

— ¿Sigues sin decidirte aún?

Asiento y Didi gira los ojos.

Vuelvo a ver las opciones y cada vez se me hace más difícil de elegir.

— Oye, apresúrate, elige cualquiera y listo — me dice mi hermano en un susurro.

— Un helado de menta con chocolate — me decido por fin.

— Uno de chocolate con fresas — Didi como siempre, elige su helado favorito.

Después que nos dieron el helado, pagué por ambos, después de todo, quien había invitado era yo.

Me giré hacia atrás, apenada, sonreí y le dije a la chica que había hecho esperar tanto por mi indecisión que lo sentía.

— Lamento hacerte la espera tan larga, es que... soy un poco indecisa.

Ella se sorprendió al ver que me disculpé.

— ¿Eh? Bueno, no te preocupes por eso. Me pasa igual, yo también soy algo indecisa, tranquila, ¿sí? — su sonrisa era genuina, no había rastro de falsedad en ella.

Esta chica parece ser buena y amable, es como si la inocencia y la pureza hubieran tenido un bebé y ese bebé estuviera frente a mi justo ahora. Además, es preciosa.

Su cabello largo me encanta, lo tiene muy bien cuidado. Yo, siempre he pensado que las diademas son horribles, pero carajo, ella sí que sabe lucirlas.

Ella era unos centímetros más baja que yo, pero eso solo la hacía lucir más tierna de lo que ya es. Sus ojos café claros eran muy bonitos. Su ropa era fina y el collar con dije de media luna era fantástico. Su cuerpo era hermoso, esta chica, no parecía tener imperfecciones. A mis ojos ella era perfecta.

— Vámonos — me dijo Didi, ignorando por completo la presencia de esa chica linda.

— Bueno, ya nos vamos — dije con un tono de voz agradable y apenada por el comportamiento de mi hermano.

Cuando íbamos saliendo de la tienda le pregunté.

— ¿La conoces?

— ¿A quién?

Inocente Obsesión © #2 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora