Capítulo 28. ¿Guardarías un secreto?

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☀️ Mini maratón 2/2 🌙

Adam Hansley

Ellen no viene más a dormir conmigo. Le dejé varios mensajes, mismos que tardó alrededor de tres horas en responder y cuando lo hizo solo me respondió: «Estoy muy cansada. Hablamos después, ¿vale?». Y la molesté más, porque quise verme como un intenso.

He notado que Ellen está rara. A veces está como asustada, otras veces parece irritada y hasta denota que está harta de todo, no sé qué le sucede. Tampoco sé qué hacer para que ya no esté así.

Incluso le pregunté a Gabriel si había notado algún comportamiento extraño en ella y su respuesta fue: «No, Ellen es igual de molesta que siempre. No hay nada de extraño». Ellen desde pequeña ha sido buena ocultando su dolor, no me sorprendería que lo estuviese haciendo ahora. Debo hablar con ella y preguntarle directamente qué sucede.

Llevo media hora en su habitación esperando a que regrese. Y, sin embargo, no aparece. Me pregunto en dónde estará metida a esta hora, no falta casi nada para que anochezca y no ha regresado. Es peligroso que ande afuera de noche, sé que puede cuidarse sola, pero eso no quita que me preocupe por ella.

La iluminación en azul oscuro que adorna su habitación es muy relajante. Y ahora que lo pienso, sí fue un poco cursi haber elegido una funda morada para su celular. El color favorito de Ellen es el azul y el mío, el rojo. Si ambos colores se mezclan, crean el violeta o púrpura, básicamente el morado. Después de todo, esa era la idea, regalarle algo que fuese significativo.

Nunca me he esforzado a la hora de darle un detalle a alguien, ¿para qué? Solo compro lo que sea, lo más caro y listo. Sin embargo, ahora estoy haciendo cosas que nunca creí que haría por alguien. Es algo que hago inconscientemente, no es que yo lo planee o lo quiera así.

Ellen no necesita mi dinero. Si ella quiere algo, simplemente lo compra en un abrir y cerrar de ojos. No espera a que yo le diga que si lo quiere puedo dárselo.

La mayoría de chicas con las que he salido jamás escatimaron en gastos, el dinero no es algo que me preocupe, la verdad. Si ellas ganan, yo gano, todo está en perfecto equilibrio. No obstante, con Ellen ha sido diferente porque no necesito obsequiarle tiendas enteras de zapatos, ropa o joyas para que abra las piernas para mí, curiosamente no he tenido esos repulsivos pensamientos para con ella.

¿Cuál sería la probabilidad de que esté enamorado de Ellen? ¿20/100? ¿38/100? ¿50/100? O incluso la probabilidad podría ser más alta todavía. No me explico por qué no hago lo mismo que suelo hacer siempre. Follar e irme.

No hay nada que no consiga, así el método sea riesgoso o complicado, siempre termino consiguiendo lo que quiero. Pero ¿qué quiero de Ellen? Claramente, no es sexo lo que quiero porque, de haber sido así, me habría esfumado de su vida hace meses. Pero me he quedado. Sí, me he quedado y no sé por qué razón lo he hecho.

Ellen se subió a la cama y se colocó encima de mí, abrazándome. Parecía un tierno y lindo cachorrito que buscaba y necesitaba apapacho con mucha urgencia.

— ¿Cómo supiste que era yo y no un ladrón?

La rodeé con mis brazos y la acomodé mejor sobre mi pecho.

— Tu olor.

Levanté una ceja, confundido.

— ¿Mi olor?

Inocente Obsesión © #2 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora