capitulo 14

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Yoongi miraba aquella gente que caminaba hacia el mismo lugar, se encontraba un poco distraído por todas aquellas luces, era bueno ver a tantas personas felices por sus vidas.

El Omega miraba a diferentes lados disimuladamente para percatarse de que nadie los seguía, aunque no lo sentía tenía que estar seguro.

-Mira... Un juego de explotar globos

Señaló y miró al pelinegro quien suspiró para sacar su billetera, tomó un billete y se lo dió.

-Intentalo, quiero saber si aprendiste algo

Se acercaron al puesto.

-Acérquese, acérquese y pruebe su suerte...-

Su rostro cambió al reconocer a Hoseok.

-Ya le dije a tú jefe que le pagaré esta semana

Retrocedió un poco.

-No vengo por trabajo

Miró a Yoongi para mover su cabeza hacia adelante indicándole que pague.

-Cinco dólares, tres intentos

Dejó los dardos enfrente del Alfa, este emocionado tomó uno y calculó la distancia aunque para su mala suerte no su fuerza, falló la primera.

Volvió a tirar con fuerza una vez tomó el segundo pero por apresurarse no le dió.

-Es todo lo que tienes?

Yoongi cerró los ojos para respirar profundo, tomó el último dardo y lo tiró para así darle al fin.

-Si! Si! Le dí!

Miró de inmediato al Omega quien no le mostró ninguna expresión .

-Aquí tú premio

Le entregó un peluche de siete centímetros, era un conejito de orejas largas, este lo tomó y después de lo entregó al pelinegro.

-Dame una a mi

Lo aceptó pero lo dejó a un lado y tomar los dardos, sin pensarlo tanto tiró uno por uno y los tres explotaron un globo.

-Aquí está tú premio...

Le entregó un peluche de zanahoria con ojos tierno que media 1 metro, este se la dió al pálido y tomó el conejito.

-Vendré en unos días por la paga

Dijo antes de irse con el otro para seguir caminando en la feria.

Caminaron hasta pasar por un puesto de barbacoa coreana, el Omega podia ver cómo el mayor veía el lugar, tal parecía que nunca había comido algo así.

-Vamos...

Se acercó para sentarse en una de las mesas dejando el peluchito en la mesa, Yoongi sonrió mientras se sentaba sin saber que hacer con aquella gran zanahoria, no pudo hacer más que colocarlo en otra silla.

-En un momento lo traigo...

Se retiró la mujer con el pedido de barbacoa y el soju.

-Por qué ese cambio de parecer?

Preguntó haciendo que el menor encogiera los brazos.

-Ocultas algo, no?

Subió sus brazos a la mesa y se miró las manos.

-Siempre oculto cosas

Respondió haciendo que el mayor frunciera el ceño, sobre todo cuando sacó un cigarrillo para encenderlo.

The Mafia City Donde viven las historias. Descúbrelo ahora