✹ SALEM ╱ a draco malfoy fanfiction
↳ ❛ ¡ 𝐘𝐨𝐮'𝐫𝐞 𝐥𝐢𝐤𝐞 a mystery
just waiting to 𝐛𝐞 𝐬𝐨𝐥𝐯𝐞𝐝. ! ❜ 𓂅‧₊˚
✩.*• ──► 𖤐 ⋮ En donde Margo Lovett tiene más poder del que ella alguna vez esperó o donde se...
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DECIDIR IR A LA BIBLIOTECA tan tarde en la noche probablemente solo me hizo perder el tiempo.
Estaba tan abrumada con la historia de Genevieve que ni siquiera podía pensar con claridad.
Primero, se esconde en el bosque para proteger algo dentro de un árbol, recordándome los sueños que he estado teniendo. Luego, Ruby termina la historia de la manera más despistada posible al decir que plantó una maldición malvada en el mundo.
¡Tengo una maldición, por Merlín!
La coincidencia parecía demasiada. Quiero decir, ¿tener el poder de levitar algo también? Eso fue solo empujarlo.
Los pensamientos me consumieron tanto que me perdí la entrada de la biblioteca dos veces. Afortunadamente, cuando volví a doblar la esquina, no lo hice, así que rápidamente busqué en la sección de la que Ruby sacó el libro y lo saqué, pasando inmediatamente al capítulo correcto.
Suspiré profundamente después de leer. No decía nada específico sobre la maldición que puso.
Así que dejé la biblioteca a regañadientes y me dirigí a la Torre de Astronomía tomando los atajos secretos que recordaba en cada pasillo, cortesía de Fred y George.
No sabía qué me hizo querer ir a la Torre de Astronomía. Escuché que es el lugar número uno para los estudiantes hoy en día. Por lo general, siempre recurría a mi dormitorio, pero necesitaba un poco de aire fresco.
Saliendo de un retrato, emergí al séptimo piso. Todavía no había pasado el toque de queda, pero el corredor estaba vacío y silencioso, lo que generalmente era espeluznante si no fuera por las antorchas.
Caminé hasta el otro extremo del corredor y me preparé para subir los escalones en espiral, jadeando cuando llegué a la cima.
Merlín, estoy fuera de forma.
Desde el rellano, la vista del cielo nocturno era magnífica. Estrellas de diferentes tamaños y brillos brillaban por todas partes.
Casi parecía surrealista, como un estandarte gigante de estrellas colgado del techo. Las estrellas se veían tan cerca de la tierra que era tentador alcanzarlas.
Hacia el extremo derecho vi la única constelación que conocía: el Dragón.
Estaba a punto de hacer mi camino hacia el otro extremo de la torre, hacia la terraza que dominaba todo el terreno y el cielo.
Por supuesto, mis planes tuvieron que arruinarse porque yo no era la única en la torre. Había alguien más frente a la terraza, sentado en el borde más alejado y dejando que sus pies colgaran en los terrenos de abajo. Lo único que evitó que la persona cayera y muriera fue la barandilla de metal.
