SALEM ━━ draco malfoy

𝐥𝐯. the christmas miracle

▬▬ 🌑 -ˏˋCAPÍTULO CINCUENTA Y CINCOˎˊ- 🌕 ▬▬
( el milagro de navidad )

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ERA LA PRIMERA VEZ en meses que no quería levantarme de la cama.

La almohada debajo de mi cabeza era lo suficientemente suave y cómoda como para no despertarme con rigidez en el cuello. Las sábanas no raspaban ni olían al exterior sino a algo floral y limpio. Fue precisamente la razón por la que me di cuenta de que algo estaba realmente fuera de lugar.

Me obligué a abrir los ojos, parpadeé un par de veces antes de fijar mi mirada en un techo color crema con una lámpara de araña de hierro justo encima. Definitivamente no es la tienda con la que normalmente me despertaba todas las mañanas.

Me moví en mi lugar, haciendo un movimiento para sentarme, pero gemí en cuanto moví mi pierna. El dolor se disparó desde los dedos de los pies hasta la pantorrilla, dejando mi visión plagada de estrellas y puntos negros durante unos segundos.

Una mano agarró la mía. —Oye, tranquila.

Mi corazón dio un vuelco mientras me giraba para encontrar la fuente. Dejé escapar un suspiro de alivio cuando vi que solo era Ron, con un círculo oscuro evidente bajo sus ojos.

—Qué... —mi voz era ronca y mis labios agrietados casi me imposibilitaban mover la boca—. ¿Dónde estamos...?

—Shell Cottage. El nuevo lugar de Bill y Fleur.

—¿Bill y Fleur...? —las palabras murieron en mi garganta cuando los recuerdos de la noche anterior se desplomaron sobre mí: los gritos, la lluvia, el llanto, el dolor...

Me quité las sábanas y encontré mi pierna derecha vendada firmemente, pequeñas manchas de sangre filtrándose a través de la tela blanca.

—Toma —me entregó un vaso alto de agua, junto con la poción analgésica que llevaba en mi bolso.

—¿Qué pasó? —logré decir después de cinco grandes tragos de agua, todavía mirando mi pierna.

Ron quitó su mano de la mía y suspiró. —Tú... tu te has despartido —un cosquilleo frío recorrió mi espalda—. No me di cuenta de que te aferraste a mi hasta el último momento, y... entré en pánico. Este fue el primer lugar en el que pensé en aparecerme.

—Me arrepentí de haberme ido en cuanto llegamos aquí —continuó Ron cuando no dije nada. Aparté la mirada de mi pierna y lo miré a la cara, viendo que estaba haciendo todo lo posible por mantener la calma, pero la angustia se podía ver tan clara como el día—. La forma en que actué en esa tienda fue muy estúpido... fui muy estúpido. Lo juro, nunca quise decir esas cosas que dije, Mar...

—Lo sé —dije en voz baja—, lo sé.

Suspiró de nuevo. —Lamento mucho lo de tu pierna...

—Vamos, no es tu culpa, Ron.