Capítulo 3: Sé lo de la apuesta

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El suave sonido del tema principal de Beyond Two Souls inundaba mis oídos, sé que suena ridículo y dirán ¿quién tiene música de videojuegos en su teléfono?, pero es que sin manera de poderlo describir con esta melodía solo me adentraba en mis pensamientos sin nadie a mi alrededor, aunque...Eso en muy poco tiempo cambió. Una sombra se interpuso en la luz guiada hasta la página abierta de mi libreta.

-Hola...Frankie-

Oh no, esto no podía ser cierto.

- ¿Qué es lo que quieres Chase?- No estaba de humor para soportar  coqueteo de los de masa bruta como a mi me gustaba llamarles.

- Yo...¿puedo sentarme?- 

- Lo detallé con la mirada, creo que sabía perfectamente lo que quería dar a entender. Termino suspirando con denuedo cuando él no parece percibir mi mirada de odio hacia su persona.

- Adelante- Murmuro de manera indiferente volviendo la vista a mi cuaderno.


- Escucha, sé que nunca te he dicho esto,pero durante estos tres años que hemos estado en la misma secundaria yo siempre me sentí atraído por ti,...pero tenía miedo de decirte que me gustas y ... finalmente ya decidí decírtelo-Pretende tomar mi mano por encima de la mesa pero aparto las mías con frialdad. Él parece incómodo ante esto, pero sigue hablando-.Y pronto iremos a la universidad, dejaremos a todos nuestros amigos atrás, y me niego a dejarte atrás a ti.

Vaya, le salió muy natural. Ha practicado con muchas chicas.

Parece que su discurso programado llega a su fin y se queda en silencio esperando con una irritante expresión de confianza en su rostro por mi reacción.

-Yo no tengo amigos.

Su expresión soberbia parece decaer y se transforma en una mueca anonadada.

Quiero sonreír por haber fracturado lo que para él era una victoria asegurada, pero en lugar de eso muerdo el interior de mi mejilla y me propongo a mantener la mirada fija en la de él con la intención de que se marche de una vez.

-Yo...-Traga saliva.


- Escucha Chase, ¿cierto?, sé que esto lo has hecho con más chicas de las que yo pueda contar con los dedos de mis manos y pies, y sé que todo es por una estúpida apuesta con los patanes de tus amigos del equipo.

-¿Apuesta?-Bufa aludido-. Frankie, me gustas, sólo quiero que...

-Un auto.

Frunce el ceño con una media sonrisa fingiendo que no ha entendido lo que dije.

-La apuesta es un auto deportivo que te regaló tu padre por tu cumpleaños. Escuche que le costó menos que un ojo de la cara. Y por supuesto, tú no rechazas una apuesta-Coloco un lápiz como marcador en mi libreta de cuero y me cruzo de brazos en la mesa viendo con autosuficiencia al chico en frente de mí-.¿O me equivoco?

Suelta una bocanada de aire tratando de aliviar la tensión de su cuerpo sin éxito. Entreabre los labios con la intención de decir algo, pero los cierra de golpe. Peina su cabello hacia arriba antes de mascullar algo entre dientes que no pude entender.

-Muy bien, creo me tocó el pez gordo-Exclama mirándome con una chispa en sus ojos para nada tranquilizadora-. ¿Qué quieres a cambio?

Enarco una ceja con ojos entrecerrados.

-Piénsalo Salvatore, tú te acuestas conmigo y yo te daré lo que quieras. Es más que justo.

Sin cambiar mi expresión ni desviar mi vista de la suya tomo el último sorbo de mi batido de fresa antes de coger mi mochila y mi libreta levantándome de la mesa.

I'm Not A Disney Princess!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora